¿Cuál es la roca en Mateo 16:18 sobre la cual Jesús edificará su iglesia?
Mateo 16:18 registra a Jesús diciendo: "Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella.". ¿Quién o qué es esta roca? Según la interpretación de la Iglesia Católica Romana, esta roca se refiere a Pedro. La palabra "Pedro" es la palabra griega para roca. Por lo tanto, la conexión se hace entre Pedro como una roca y el uso de la roca en el versículo 18. Esto se ha vuelto muy importante para la teología católica porque Pedro es visto como el fundamento de la iglesia y el primer papa entre la línea de papas en la Tradición católica.
Sin embargo, los protestantes entienden que la "roca" es Jesús. Jesús podría estar refiriéndose a la confesión de Pedro de que Jesús es "el Cristo, el Hijo del Dios viviente" (Mateo 16:16), o tal vez se estaba señalando a sí mismo cuando hizo la declaración. ¿Por qué los protestantes creen esto? Primero, Jesús no edificaría su iglesia sobre otra persona que no fuera él mismo. Segundo, Jesús inmediatamente sigue con: "Edificaré mi iglesia". Si bien Pedro fue una parte importante del comienzo de la iglesia, Jesús es el constructor de la iglesia. Tercero, Jesús dijo: "Las puertas del reino de la muerte no prevalecerán contra ella." La muerte eventualmente vendría a Pedro, pero Cristo resucitaría de entre los muertos, demostrando que la muerte no podía prevalecer.
El debate sobre lo que Jesús quiso decir ha sido largo. Pero una mirada al resto de las Escrituras indica que la confesión de Pedro con respecto a la identidad de Jesús como la roca, es la mejor comprensión del pasaje.
Por ejemplo, 1 Corintios 3: 6-7 señala: "Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino solo Dios, quien es el que hace crecer." Jesús es el constructor de la iglesia desde la perspectiva de Pablo.
De gran importancia son las propias palabras de Pedro en 1 Pedro 2: 4-7. Él escribe: "Cristo es la piedra viva, rechazada por los seres humanos, pero escogida y preciosa ante Dios. Al acercarse a él, también ustedes son como piedras vivas, con las cuales se está edificando una casa espiritual. De este modo llegan a ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por medio de Jesucristo. Así dice la Escritura: «Miren que pongo en Sión una piedra principal escogida y preciosa, y el que confíe en ella no será jamás defraudado». Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa; pero para los incrédulos, «la piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular»”.
Si Pedro llamó a Jesús la piedra angular y Pablo llamó a Jesús Aquel que hace crecer la iglesia, entonces la comprensión más precisa de la roca sobre la cual está construida la iglesia es Jesucristo. Ningún humano podría lograr este objetivo; pero Jesús, Dios en forma humana, cumplió plenamente su obra y continúa construyendo una iglesia que perdura hasta el día de hoy.
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