Deuteronomio 6:4 dice que Dios es uno; entonces, ¿cómo es posible que Jesús sea Dios?

Deuteronomio 6:4 dice: "Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor uno es". El Nuevo Testamento afirma esto, por ejemplo, en Marcos 12:29, Mateo 4:10, 1 Corintios 8:4 y Santiago 2:19. Sin embargo, la Biblia también dice que tanto Jesús como el Espíritu Santo son Dios. ¿Cómo es posible que estas afirmaciones aparentemente contradictorias sean ciertas?

En el idioma hebreo, la palabra "uno" que se encuentra en Deuteronomio 6:4 es echad. Esta palabra se refiere a una "unidad", no específicamente a una "singularidad". Es la misma palabra que se refiere a que el marido y la mujer son "una sola carne" en el matrimonio (Génesis 2:24). Esto no significa un solo ser, sino vivir juntos en unidad.

Dicho esto, es importante afirmar la enseñanza bíblica de un solo Dios. Desde el principio de la Biblia está claro que un solo Dios creó los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos (Génesis 1:1-2:3). No se trata de si hay un Dios o muchos dioses, sino de cómo los cristianos entienden que Jesús es Dios. La Biblia describe lo que los cristianos llaman la Trinidad o Dios Trino, que consiste en el Padre, el Hijo (Jesús) y el Espíritu Santo. No se trata de tres dioses separados que casualmente están unificados; tampoco ninguno de los miembros de la Trinidad es menos que Dios. Más bien, hay un Dios que existe en tres personas, que son un todo unificado. Por lo tanto, es cierto que Dios es uno, y es cierto que Jesús es Dios.

Muchas veces vemos la divinidad de Jesús en las Escrituras. Por ejemplo, en Mateo 1:18-25 vemos que María, una virgen, dará a luz un hijo del Espíritu Santo. A José, el esposo de María, se le encarga que le dé a este hijo el nombre de "Jesús" porque Él salvará a Su pueblo. Mateo añade que esto es un cumplimiento de la profecía de Isaías según la cual una virgen concebiría y daría a luz un hijo y se llamaría "Emanuel", que significa "Dios con nosotros". Jesús es Dios, en la carne. Es Dios con nosotros. También es el que nos salva; sólo Dios puede salvar de verdad.

En el bautismo de Jesús vemos una clara imagen de la Trinidad. Mateo 3:16-17 dice: "Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia". Aquí vemos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, cada uno de ellos como Dios y unidos como uno solo.

Durante Su vida, Jesús caminó en perfecta unidad con Dios, obedeciendo cada uno de Sus mandatos, predicando las Buenas Nuevas y pagando el sacrificio definitivo en la cruz para salvarnos de nuestros pecados (Marcos 1:1, 14; Juan 5:19-24; 10:30-38; 1 Corintios 15:3-4). Juan 3:16 nos dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna". La muerte y resurrección de Jesús fueron el máximo sacrificio pagado por nuestros pecados cometidos contra un Dios eterno. Para que Su sacrificio fuera un pago adecuado por nuestras ofensas contra Dios, Jesús tenía que ser Dios. Sólo un Dios eterno puede pagar una pena eterna.

El Espíritu Santo también es Dios. Es un Consolador que permanece en nosotros para siempre (Juan 14:15-17) después de que reconocemos quién es Jesús, creemos que murió y resucitó, y confesamos que somos pecadores y que queremos hacer la voluntad de Dios. Jesús prometió enviar el Espíritu Santo en el momento de Su partida (Juan 16:7-15). Todos los que pertenecen a Jesús están sellados con el Espíritu Santo (Efesios 1:13-14).

Después de Su resurrección, Jesús les ordenó a Sus discípulos: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19). Una vez más, vemos la Trinidad. Cada una de las tres Personas que menciona Jesús actúa como un solo Dios. Como cristianos, servimos a este Dios Trino.

En Primera de Juan 5:20 queda claro que Jesús es Dios: "Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna". Algunos tienen dificultades con el concepto de que Dios tenga un Hijo, o con ver a un "Hijo" como menos que el Padre. No obstante, el significado de Jesús como Hijo de Dios no es el mismo que el de un padre y un hijo humanos. Jesús es Dios en la carne; "... en él habitase toda plenitud" (Colosenses 1:19). Dios escogió la relación Padre/Hijo para ayudarnos a entender las relaciones dentro de la Trinidad. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo han existido como Trinidad—tres Personas en un todo unificado—desde la eternidad.

La Trinidad es un concepto difícil de entender, y en muchos sentidos sigue siendo un misterio para nosotros. La Biblia dice claramente que Dios es uno. La Biblia también aclara que el Padre, Jesús y el Espíritu Santo son Dios.



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