Fe vs. ciencia ¿Hay una contradicción entre la fe en Dios y la ciencia?
La fe en Dios y la creencia en la ciencia nunca se contradecirán si Dios, de hecho, existe y es el Creador del universo. Si Dios es el Creador del universo, y hay una amplia evidencia de que lo es, entonces la ciencia es solo conocimiento o un sistema de conocimiento que cubre las verdades generales sobre Su creación. Si Dios no existe, entonces la fe y la ciencia se contradirán, ya que la ciencia es la búsqueda de hechos sobre el cosmos. Para aquellos con fe, sin embargo, la ciencia puede ser una de nuestras formas más grandes de adoración. La ciencia es el intento de la humanidad de comprender cómo funciona el mundo. El método científico es una de las mejores herramientas para lograr esto. Comienza con una pregunta acerca del mundo. Luego viene la investigación de los antecedentes, una hipótesis o una conjetura sobre la investigación, un experimento, un análisis para determinar si la hipótesis era correcta y el informe de los resultados. Si la hipótesis era correcta, el ciclo ha terminado. Si no, se presenta otra hipótesis, y las pruebas comienzan de nuevo. El método científico deduce que un hecho comprobable será repetible y verificable, que otros científicos obtendrán la misma respuesta si su experimento se realiza de la misma manera.
No hay nada antibíblico sobre el método científico como tal. Dios hizo la luz, la materia, el agua, las plantas, los animales y los humanos. Lo honramos cuando nos esforzamos por comprender su asombrosa creación. También aprendemos más sobre él, sobre su sabiduría, poder y elegancia. Y apreciamos su gracia más plenamente cuando comprendemos las implicaciones de los milagros que realiza. El ser agradecido por una sanación tiene una significancia mucho más profunda cuando vemos que el tumor canceroso desaparece de una resonancia magnética a la siguiente.
Hay dos áreas en las que la ciencia y la fe están en desacuerdo entre sí. La primera no es culpa de la ciencia per se, sino la presunción de los propios científicos. La ciencia es acerca de la observación y la prueba. Lo que no puede ser probado no es un hecho; es una teoría o un informe histórico. Se ha logrado mucho bien práctico sobre la base de la sola teoría. Los humanos fueron al espacio con solo una teoría sobre los efectos de la gravedad cero en cuerpos y equipos. Las drogas y los tratamientos médicos se desarrollan cada año según teorías. Pero, nuevamente, la teoría no es un hecho. Debido a esto, no podemos saber con certeza qué sucedió en el pasado solo en base a la ciencia. Incluso si pudiéramos desarrollar la vida en un laboratorio, no nos diría con certeza cómo se desarrolló la vida en la historia del mundo. Del mismo modo, cualquier cosa demasiado pequeña o demasiado lejana a observar no puede conocerse con certeza. Sabemos que si dejamos caer algo, esto caerá. Y podemos inferir que la gran masa de un planeta hace que una estrella se tambalee. Pero el mecanismo de la gravedad sigue siendo solo una teoría. Y hasta que podamos observar el planeta, no podemos afirmar su existencia afirmativamente.
El área en la cual la ciencia y la fe chocan completamente se encuentra en el ámbito de la ética. La ciencia no tiene ética. El método científico no se preocupa por el medio ambiente o los niños por nacer. La ciencia hace referencia solo a los hechos. La fe, sin embargo, es la base de la ética. La fe nos dice que los humanos tienen un valor muy por encima de los hechos. La fe explica que hay algo más que el conocimiento, y que a la búsqueda del conocimiento no se le debe dar rienda suelta y permitir que dañe lo que se está estudiando. La ciencia está de acuerdo en que estamos hechos temerosa y maravillosamente (Salmos 139: 14) pero no tiene una opinión sobre la preservación de las personas. La fe nos dice que estamos hechos a la imagen de Dios (Génesis 1:27) y que tenemos un gran valor muy por encima de lo que se puede aprender de los órganos, las células y los átomos. La ciencia nos dice cómo trabajamos; la fe nos dice que valemos.
La fe y la ciencia deberían ser compañeros de viaje, cada uno dando más profundidad al otro. La ciencia, cuando se utiliza adecuadamente, valida la fe en un Creador y exhibe la maravilla de Su obra. La fe guía la ciencia hacia causas nobles y da contexto a la ciencia. El mejor científico es aquel que entiende que hay un Creador y aprende con entusiasmo lo que puede sobre esa creación.
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