¿Qué dice la Biblia sobre la honestidad?

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En resumen:

Dios nos llama a ser honestos y a valorar la honestidad porque Él es verdadero.

Del Antiguo Testamento

  • La honradez es importante porque refleja la naturaleza de Dios. Números 23:19 nos enseña que “Dios no es hombre, para que mienta”. Dios es verdadero y veraz, así que debemos reflejarlo.
  • El Antiguo Testamento hace hincapié en la honestidad en las relaciones y el trato con los demás, como se ve en Levítico 19:11: “No hurtarán, ni engañarán, ni se mentirán unos a otros”.
  • La justicia en el Antiguo Testamento se basa en la honradez. Deuteronomio 25:15 le instruye a Israel a usar medidas y pesos honestos.
  • Proverbios 12:22 califica la deshonestidad como una abominación: “Los labios mentirosos son abominación al SEÑOR, pero los que obran fielmente son Su deleite”.

Del Nuevo Testamento

  • La Biblia nos dice que Jesús es “el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6).
  • Juan 1:14 nos dice que Jesús está “lleno de gracia y de verdad”. Primera de Juan 1:5 nos dice que “Dios es luz, y en Él no hay ninguna oscuridad”. Dios es la fuente de toda verdad. Él nunca miente, y desea que nosotros, del mismo modo, practiquemos la honestidad en nuestras vidas.
  • Jesús dijo que Satanás “fue un asesino desde el principio, y no se ha mantenido en la verdad” (Juan 8:44). La deshonestidad es un reflejo del carácter de Satanás y del sistema del mundo, no de Dios.
  • A los seguidores de Jesucristo se les han abierto los ojos a la realidad de la verdad de Dios. Al conocer la verdad, debemos continuar desechando la falsedad. Debemos buscar la verdad en nuestras doctrinas y creencias, sin dejarnos cautivar por el engaño de Satanás (Efesios 4:11-15; Hebreos 3:13). La verdad y la honestidad también desempeñan un papel vital en la forma en que nos comportamos. Nuestras palabras y nuestra conducta deben reflejar el carácter de Dios. Él es veraz y amoroso. Cuando somos honestos en todo lo que hacemos, reflejamos esa naturaleza.
  • Muchas instrucciones del Nuevo Testamento para la vida cristiana hablan de la importancia de la honestidad. Por ejemplo, Efesios 4:25 dice: “Por tanto, dejando la mentira, hable cada uno verdad con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros”. Efesios 4:28 dice: “El que roba, no robe más, sino más bien que trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, a fin de que tenga qué compartir con el que tiene”. Debemos vivir honestamente.
  • Escribiendo a un grupo de cristianos dispersos, Pedro instruyó: “Mantengan entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que les calumnian como malhechores, ellos, por razón de las buenas obras de ustedes, al considerar las, glorifiquen a Dios en el día de la visitación” (1 Pedro 2:12).
  • Pedro también escribió: “sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia, teniendo buena conciencia, para que en aquello en que son calumniados, sean avergonzados los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en Cristo.” (1 Pedro 3:15-16). Demostramos honestidad tanto cuando vivimos con integridad como cuando compartimos voluntariamente la verdad sobre quién es Dios y Su oferta de salvación a través de Jesucristo. La veracidad de nuestras palabras se demuestra a menudo por la honestidad de nuestra conducta.
  • En la misma carta, Pedro escribió: “Él [Jesús] no cometió pecado, ni engaño alguno se halló en Su boca; y quien cuando lo ultrajaban, no respondía ultrajando. Cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a Aquel que juzga con justicia. Él mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre la cruz ,a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por Sus heridas fueron ustedes sanados. Pues ustedes andaban descarriados como ovejas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de sus almas” (1 Pedro 2:22-25).
  • Jesús, “el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6) y “el Pastor y Guardián de [nuestras] almas” nos ha redimido con Su sangre. Como hijos de Dios (Juan 1:12), en quien no hay deshonestidad, nuestras vidas deben estar envueltas en Su verdad y debemos ser honestos en todo lo que decimos y hacemos.

Implicaciones para hoy

Una vida honesta requiere no solo ser honesto con los demás, sino también con nosotros mismos. Nuestra propia naturaleza pecaminosa y el sistema mundial están llenos de engaños. Si no tenemos cuidado, el pecado puede empezar a parecernos bueno y podemos olvidar fácilmente que la única fuente del bien genuino es Dios (Santiago 1:14-17). Una manera de mantenernos honestos es continuar leyendo y estudiando la Palabra de Dios. La Biblia es una de las principales formas en que Dios se nos revela. Cuanto más lo conozcamos a Él y a Su verdad, más honestos seremos. Los hombres y mujeres comprometidos con el seguimiento de Jesucristo pueden animarse unos a otros a mantener la fe y a seguir viviendo como Jesús nos ha llamado a hacerlo (Hebreos 3:13; 10:19-25). Puede que el sistema mundial no aplauda la honestidad, pero nuestros hermanos y hermanas en Cristo pueden recordarnos que el camino de Cristo es el camino de la verdadera vida. La comunidad también ayuda a rendir cuentas. Como a menudo somos incapaces de ver la verdadera situación de nuestros propios corazones (Jeremías 17:9), cada uno de nosotros necesita personas en su vida que estén dispuestas a ser honestas sobre todas las cosas, incluso aquellas que son difíciles de escuchar. También necesitamos estar dispuestos a ser honestos con los demás, incluso cuando la verdad parezca incómoda. Es importante recordar que las palabras sinceras deben decirse siempre con amabilidad, respeto y amor (1 Pedro 3:15; Efesios 4:15).

Comprende

  • Dios es la verdad y, por lo tanto, estamos llamados a ser honestos.
  • La honestidad refleja el carácter de Dios.
  • Debemos ser honestos con Dios, con nosotros mismos y con los demás.

Reflexiona

  • ¿Hasta qué punto eres sincero con Dios, contigo mismo y con los demás?
  • Cuando sientes la tentación de ocultar o tergiversar la verdad, ¿qué crees que influye en ese deseo?
  • ¿En qué área de tu vida te resulta más difícil ser sincero contigo mismo? ¿Por qué te resulta tan difícil?

Ponlo en práctica

  • ¿Cómo desafía la enseñanza bíblica sobre la honestidad la visión que nuestra cultura tiene de las “mentiras piadosas” o de la deshonestidad “inofensiva”?
  • ¿Qué impacto tiene la honestidad personal en nuestra relación con Dios y con los demás?
  • ¿Cómo podemos animarnos unos a otros a vivir honestamente, especialmente cuando es difícil o costoso?