El monoteísmo es el fundamento de la enseñanza bíblica. La Biblia deja claro que solo hay un Dios, como se ve en pasajes como Deuteronomio 6:4, que declara: «Escucha, oh Israel, el SEÑOR es nuestro Dios, el SEÑOR uno es», y 1 Timoteo 2:5, que afirma: «Porque hay un solo Dios».
Las Escrituras presentan sistemáticamente a Dios como el único Creador y Sustentador del universo (Efesios 4:6; Malaquías 2:10). El propio Jesús defendió el monoteísmo, enseñando que Él y el Padre eran uno en propósito y esencia (Juan 10:30). Aunque algunos podrían argumentar que utilizar la Biblia para demostrar la existencia de Dios es un razonamiento circular, la conservación sobrenatural de la Biblia y las pruebas históricas que rodean la resurrección de Jesucristo dan credibilidad a sus afirmaciones. La resurrección de Jesús sirve como poderosa afirmación de Sus enseñanzas, incluida Su creencia en el monoteísmo (1 Corintios 8:6).
El monoteísmo determina cómo entiendes tu relación con Dios y con el mundo. Afirma que eres responsable ante un Creador único y soberano, que gobierna el universo con orden y propósito. La creencia en un solo Dios también te ofrece la seguridad de que no hay conflicto ni división en la naturaleza divina. Para ti como creyente, el monoteísmo aporta claridad en un mundo lleno de ideologías enfrentadas y confusión espiritual, señalándote al único Dios verdadero, que te llama a adorarlo solo a Él (Deuteronomio 4:35).
Históricamente, el monoteísmo ha configurado el panorama religioso, distinguiendo al judaísmo, el cristianismo y el islam de los sistemas de creencias politeístas. El auge de los credos monoteístas introdujo un nuevo marco moral, haciendo hincapié en la responsabilidad ante un Dios que gobierna el universo con orden y propósito. Estudiosos como Ninian Smart han señalado que las implicaciones éticas del monoteísmo influyen en el modo en que sus seguidores abordan la moralidad, la comunidad y la justicia social.
Desde el punto de vista filosófico, el monoteísmo aborda cuestiones fundamentales sobre la existencia y la finalidad. Pensadores como Tomás de Aquino han argumentado que la existencia de un Dios único y soberano proporciona una base necesaria para comprender la moralidad y la naturaleza de la realidad misma. Las Cinco Vías de Aquino para demostrar la existencia de Dios apuntan en última instancia a una fuente singular del ser que sostiene y ordena la creación.
Filósofos contemporáneos como William Lane Craig subrayan que una cosmovisión monoteísta ofrece coherencia e inteligibilidad a tu comprensión del universo, distinguiéndola de las interpretaciones más fragmentadas o caóticas que ofrecen las perspectivas ateas o politeístas. En un mundo lleno de ideologías enfrentadas y confusión espiritual, el monoteísmo te señala a Jesús, el que es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6).