Sí, Satanás existe, y el Antiguo Testamento revela que es el enemigo de Dios y de la humanidad (Génesis 3:15). Creado originalmente como un ángel llamado Lucifer, se rebeló contra Dios por orgullo y fue expulsado del cielo (Isaías 14:12-17; Ezequiel 28:11-17). En el Jardín del Edén, Satanás engañó a Adán y Eva, induciéndolos al pecado, y sigue utilizando la mentira para oponerse a la verdad de Dios (Génesis 3:1-6). A lo largo de las Escrituras, se describe a Satanás como el acusador y adversario, que trabaja para apartar a la gente de Dios (Apocalipsis 12:10; Job 1:6-12). Aunque su oposición persiste, la victoria de Jesús en la cruz garantiza la derrota final de Satanás en el juicio final (Apocalipsis 19:20; 20:7-10).
Puedes someter tu vida individual a Jesús y ponerla bajo Su autoridad. Cuando vives para Jesucristo, puedes confiar en que Dios, que vive en ti, es más grande que Satanás, y no tienes por qué temerle ni sucumbir a sus ataques contra ti (Lucas 10:17-20; 1 Juan 4:4). Al someterte a Dios, puedes resistir al diablo, y él tiene que huir: "Por tanto, sométanse a Dios. Resistan, pues, al diablo y huirá de ustedes." (Santiago 4:7). Al leer la Biblia, aprendes cómo opera Satanás. El poder de Dios siempre será mayor que el poder de Satanás, pero tienes que permanecer consciente de que estás en una batalla espiritual que no terminará hasta que Jesús regrese (Efesios 6:10-18). Puedes tener confianza en el hecho de que Jesús derrotó a Satanás de una vez por todas en la cruz, y cuando ocurra el juicio final, el fin eterno de Satanás está garantizado (Apocalipsis 19:20; 20:7-10).