¿Quiénes eran Zacarías y Elisabet?

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En resumen:

Zacarías y Elisabet eran una pareja justa que tuvo un hijo, Juan el Bautista, en su vejez. El relato de Zacarías y Elisabet revela que el plan de Dios en Su tiempo es el mejor.

Del Antiguo Testamento

  • Zacarías y Elisabet no se mencionan en el Antiguo Testamento.

Del Nuevo Testamento

  • La historia de Zacarías y Elisabet se encuentra en Lucas 1:5-80.
  • Zacarías era sacerdote en el templo durante el reinado romano del rey Herodes. Su esposa Elisabet también era descendiente de la línea sacerdotal de Aarón. A ambos se les describe como que “eran justos delante de Dios, y se conducían intachablemente en todos los mandamientos y preceptos del Señor” (Lucas 1:6). Su rectitud ante Dios es digna de mención porque no tuvieron hijos hasta una edad avanzada. En aquella época, la esterilidad se consideraba una consecuencia de la injusticia personal. Este versículo confirma que la esterilidad de Elisabet no se debió al pecado, sino al plan de Dios.
  • Durante la rotación sacerdotal de Zacarías en el templo, “le tocó en suerte, conforme a la costumbre del sacerdocio, entrar en el santuario del Señor para quemar incienso” (Lucas 1:9). Cada división sacerdotal servía en el templo solo una semana cada seis meses, y los deberes se asignaban por sorteo. Con este sistema, la oportunidad de mantener el incienso ardiendo en el altar fuera del Lugar Santísimo colocando incienso fresco allí antes del sacrificio matutino y de nuevo después del sacrificio vespertino ocurría raramente, si es que ocurría, en la vida de un sacerdote. Sin embargo, Dios tenía un plan para Zacarías, y como explica Proverbios 16:33, “La suerte se echa en el regazo, Pero del SEÑOR viene toda decisión”.
  • Mientras Zacarías colocaba el incienso, Gabriel, un ángel del Señor, apareció con un mensaje para él: las oraciones de él y Elisabet por un hijo habían sido escuchadas. Elisabet daría a luz un hijo al que llamarían Juan. El niño sería grande a los ojos del Señor y estaría lleno del Espíritu Santo desde su nacimiento. Juan convertiría los corazones de muchas personas a Dios en preparación para el Mesías en el espíritu y el poder de Elías.
  • Zacarías no creyó al ángel, afirmando que era imposible porque “yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada” (Lucas 1:18). Gabriel reprendió a Zacarías por su incredulidad y declaró que “quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca” (Lucas 1:20). Cuando Zacarías salió del Lugar Santo, efectivamente no podía hablar. Por medio de signos y gestos con las manos, la gente comprendió que había tenido una visión.
  • Cuando terminó su semana de servicio, Zacarías regresó a casa con su mujer, a una ciudad de la región montañosa de Judá. Allí, su mujer concibió tal como le había dicho el ángel. Elisabet reconoció inmediatamente el papel de Dios en su embarazo diciendo: “Así ha hecho conmigo el Señor en los días en que se dignó mirar para quitar mi afrenta entre los hombres” (Lucas 1:25). Se recluyó durante cinco meses.
  • En el sexto mes de embarazo de Elisabet, María (recién embarazada del Mesías) vino a visitarla. Cuando Elisabet oyó el saludo de María, se llenó del Espíritu Santo y exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Por qué me ha acontecido esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque apenas la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de gozo en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó que tendrá cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor” (Lucas 1:42-45). María permaneció con Zacarías y Elisabet unos tres meses, que habrían transcurrido más o menos cuando Elisabet dio a luz y María completó el primer trimestre.
  • Elisabet dio a luz un hijo, tal como Gabriel había prometido, y sus vecinos y parientes se alegraron con ella. Al octavo día, durante la circuncisión y la ceremonia del nombre, la gente iba a llamar al niño Zacarías como su padre, pero Elisabet se lo impidió diciendo: “No, sino que se llamará Juan” (Lucas 1:60). Elisabet creyó lo que el ángel le había dicho a Zacarías y se mantuvo firme en obedecer la orden de llamar Juan al niño. Cuando la gente se dirigió a Zacarías para conocer su opinión, este escribió en una tablilla: “Su nombre es Juan” (Lucas 1:63). En cuanto escribió esta respuesta, “Al instante le fue abierta su boca y suelta su lengua, y comenzó a hablar dando alabanzas a Dios” (Lucas 1:64). Lleno del Espíritu Santo, Zacarías profetizó sobre el papel que desempeñaría Juan en la preparación del camino para el Mesías (Lucas 1:67-79).
  • El hijo de Zacarías y Elisabet “crecía y se fortalecía en espíritu” (Lucas 1:80), y con el tiempo fue conocido como Juan el Bautista. No se vuelve a mencionar a Zacarías y Elisabet en la Biblia.

Implicaciones para hoy

La historia de Zacarías y Elisabet te interpela sobre la manera en que manejas las normas y expectativas sociales y te anima a confiar en Dios. La esterilidad era una circunstancia de la vida difícil de manejar como pareja. La sociedad de la época suponía que las parejas eran estériles como castigo por su pecado. Para una pareja que anhelaba tener hijos, el dolor de no poder tenerlos se habría visto agravado por las expectativas sociales. Aunque es probable que Zacarías y Elisabet sufrieran personalmente tanto por no poder tener hijos como por las presiones y los juicios de los que les rodeaban, confiaron en el tiempo y los planes de Dios, incluso cuando las circunstancias parecían imposibles. A pesar de su avanzada edad y de los años de esterilidad, permanecieron justos y fieles a los mandamientos de Dios. Sí, al principio Zacarías se sintió conmocionado e incrédulo ante las noticias de Gabriel; sin embargo, Zacarías y Elisabet permitieron que la verdad los moldeara y confiaron en que Dios cumpliría Su promesa. Cuando la promesa de Dios fue finalmente revelada, Zacarías y Elisabet pudieron ver que los planes de Dios a menudo se desarrollan de maneras que sobrepasan el entendimiento humano. Confiar en el plan de Dios, incluso cuando parece retrasado o improbable, es una poderosa lección que puedes aprender de su historia.

Comprende

  • Zacarías y Elisabet eran ambos justos ante Dios.
  • A pesar de su rectitud, Zacarías y Elisabet no tuvieron hijos hasta su vejez.
  • Durante el servicio de Zacarías en el templo, el ángel Gabriel se le apareció, anunciándole que Elisabet daría a luz un hijo llamado Juan, quien prepararía el camino para el Mesías.

Reflexiona

  • ¿Cómo respondes cuando tus oraciones parecen no tener respuesta o cuando los tiempos de Dios no coinciden con tus expectativas?
  • ¿De qué manera puedes mantener la fe y la rectitud a pesar de enfrentar desafíos o juicios sociales?
  • ¿Cómo puedes confiar más en el plan de Dios para tu vida, incluso cuando parece retrasado o imposible?

Ponlo en práctica

  • ¿Cuáles son algunas de las normas y presiones de la sociedad en la que vives? ¿Cómo influye la Biblia en tu respuesta?
  • ¿Cómo creció la fe de Zacarías y Elisabet desde que oyeron hablar por primera vez de su hijo hasta que Dios cumplió la promesa que les había hecho?
  • ¿De qué manera la incredulidad inicial de Zacarías y su posterior obediencia reflejan las reacciones humanas comunes ante Dios y sus planes, y cómo puedes aplicar esta comprensión en tu propio caminar con Dios?