¿Cuál es la historia del Huerto de Getsemaní la noche en que Jesús fue arrestado?
La historia del Huerto de Getsemaní la encontramos en Mateo 26:36-56, Marcos 14:32-52, Lucas 22:39-53 y Juan 18. Después de la Última Cena en el Aposento Alto, después que Judas salió para notificar a los principales sacerdotes que Jesús estaría en una situación de vulnerabilidad, Jesús guió a Sus otros discípulos al Huerto de Getsemaní. El huerto, posiblemente un olivar ("Getsemaní" significa "prensa de aceite"), estaba situado en la ladera del Monte de los Olivos. Juan 18:1 describe el área como "al otro lado del torrente de Cedrón". Cuando Jesús y Sus discípulos llegaron, se llevó a Pedro, Santiago y Juan, Sus tres principales seguidores. Les pidió que se quedaran con Él. "Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo" (Mateo 26:38). Luego se alejó un poco más, se postró sobre Su rostro y, en agonía, pidió a Dios que hallara otra salida. Su sudor caía como gotas de sangre; Dios envió un ángel para consolarlo. No podemos conocer la profundidad del dolor de Jesús en ese momento. Mientras Jesús lloraba angustiado, Pedro, Santiago y Juan se durmieron.
Jesús volvió donde los tres y los despertó. "¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mateo 26:40-41). De nuevo oró, sometiéndose humilde y activamente a la voluntad de Dios. Sin embargo, los discípulos, saciados de buena comida y cansados de una noche llena de acontecimientos, volvieron a dormirse.
Jesús se levantó. Cuando los encontró durmiendo nuevamente, los dejó en paz. Reiteró Su angustia por lo que debía hacer, así como Su voluntad. Luego volvió a Sus discípulos y los despertó, diciendo: "Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega". (Mateo 26:46).
Mientras Jesús hablaba, llegó Judas, seguido de un gran número de hombres con espadas, linternas y garrotes: una tropa romana (de 300 a 600 hombres), así como oficiales de los sumos sacerdotes y fariseos. Judas se dirigió a Él -llamándole "Rabí", o maestro- y le besó, un saludo tradicional en aquella época. Por si no lo habían entendido, Jesús preguntó a los soldados a quién buscaban. Cuando le dijeron "a Jesús el Nazareno", Jesús respondió: "Yo soy". En ese momento, la guardia y los soldados retrocedieron y cayeron al suelo.
Jesús se sometió a la turba, no así Sus discípulos. Uno preguntó si debían defenderse. Pedro no esperó a recibir respuesta. Sacó su espada (posiblemente un largo cuchillo de pescador) y le cortó la oreja a Malco, el esclavo del sumo sacerdote. La Biblia no nos explica el porqué. Tal vez Malco estaba apartando a Pedro y a los demás discípulos. O tal vez tenía sus manos sobre Jesús. No lo sabemos. No obstante, Jesús reprendió a Pedro, diciéndole que, si su primer instinto era la violencia, la violencia sería su perdición. "¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles? ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?". (Mateo 26:53-54). Para recalcar Su afirmación, Jesús sanó la oreja de Malco.
Después, Jesús criticó la cobardía de la turba, que había venido a enfrentarse a un hombre desarmado en plena noche, en vez de llevárselo de día, donde la gente pudiera verlo. Pero, como en Su oración, reconoció que éste era el plan de Dios. Cada miembro de la turba era responsable de su propia elección, mientras que Jesús, por Su parte, no iba a resistirse a las instrucciones de Dios.
Cuando los guardias se llevaron a Jesús, los discípulos corrieron (Marcos 12:50). También se nos dice que un joven, tal vez Marcos, "le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron; mas él, dejando la sábana, huyó desnudo" (Marcos 14:51-52).
¿Cómo sabía Judas dónde estaría Jesús? Posiblemente porque Jesús siempre llevaba a los discípulos al huerto de Getsemaní. Lucas 22:39 dice que era la "costumbre" de Jesús. Juan 18:2 dice: "Y también Judas, el que le entregaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí con sus discípulos".
¿Cómo sabían los autores de los Evangelios que Jesús oraba cuando los tres más cercanos estaban durmiendo? La Biblia no lo dice. O se lo dijo Jesús después de la resurrección, o se lo dijo el Espíritu Santo.
¿Por qué, además de lo obvio, estaba Jesús tan angustiado si Él sabía desde el principio que esto iba a suceder? Los azotes le destrozaron la piel. Las espinas de la corona medían centímetros de largo, haciendo brotar sangre de Su cuero cabelludo. Y las horas en la cruz no fueron más que tortura. Sin embargo, Jesús guardó silencio durante la tortura. Fue la ausencia de la presencia y el amor de Dios lo que hizo que tambalease. Jesús no cuestionó el dolor físico, pero cuando el Segundo Integrante de la Trinidad fue separado de la comunión con los otros dos, gritó: "Padre, ¿por qué me has abandonado?".
¿Por qué retrocedieron los soldados cuando Jesús dijo: "Yo soy"? Las versiones bíblicas añaden el "Él" para clarificar, pero lo que Jesús realmente dijo fue "YO SOY". Este es el nombre de Dios (Éxodo 3:14). Jesús se reveló como Dios. Ante este nombre -el poder y la identidad-, los guardias cayeron de miedo ante Su gloria.
En el antiguo Israel, los escogidos -sacerdotes, profetas y reyes- eran ungidos con aceite de oliva. Jesús fue ungido con sudor en un olivar. Es muy apropiado que Jesús, nuestro Profeta, Sacerdote y Rey, estuviera en el Huerto de Getsemaní -un olivar- cuando comenzó a desempeñar Su papel de Mesías, el Ungido.
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