¿Qué dice la Biblia?
La palabra griega para “tentado” puede significar ser tentado maliciosamente para hacer el mal; pero también puede significar ser “probado” de una manera positiva, como a través de una prueba que busca generar crecimiento o resistencia. Esto sería muy parecido a un auto de carreras, por ejemplo, que pasa por una “prueba” prolongada en un campo de pruebas para asegurarse de que va a durar. Por lo tanto, Dios no puede ser tentado a hacer el mal ni probado para medir Su resistencia. El mal es lo que se opone a la naturaleza de Dios. No hay nada en Dios o externo a Él que lo haga querer hacer el mal. Él no puede ser tentado. Dios es omnisciente (todo lo sabe). Ya que Dios es completamente opuesto al mal e incapaz de ser engañado, Él nunca nos tentará a hacer el mal; hacerlo sería inconsistente con Su carácter. Jesús nos capacita a través del Espíritu Santo para vencer la tentación y el pecado. Las pruebas refinan nuestra fe, pero las tentaciones de pecar surgen de nuestros propios deseos y de las tácticas del diablo. En cualquier situación, podemos apoyarnos en el carácter inmutable de amor, gracia y justicia de Dios.