¿Qué significa que Dios no puede ser tentado (Santiago 1:13)?

En resumen:

Dios nunca nos tentará a hacer el mal, ni Él es tentado a hacer el mal. Cuando seamos tentados, podemos apoyarnos en Aquel que nunca será tentado.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

La palabra griega para “tentado” puede significar ser tentado maliciosamente para hacer el mal; pero también puede significar ser “probado” de una manera positiva, como a través de una prueba que busca generar crecimiento o resistencia. Esto sería muy parecido a un auto de carreras, por ejemplo, que pasa por una “prueba” prolongada en un campo de pruebas para asegurarse de que va a durar. Por lo tanto, Dios no puede ser tentado a hacer el mal ni probado para medir Su resistencia. El mal es lo que se opone a la naturaleza de Dios. No hay nada en Dios o externo a Él que lo haga querer hacer el mal. Él no puede ser tentado. Dios es omnisciente (todo lo sabe). Ya que Dios es completamente opuesto al mal e incapaz de ser engañado, Él nunca nos tentará a hacer el mal; hacerlo sería inconsistente con Su carácter. Jesús nos capacita a través del Espíritu Santo para vencer la tentación y el pecado. Las pruebas refinan nuestra fe, pero las tentaciones de pecar surgen de nuestros propios deseos y de las tácticas del diablo. En cualquier situación, podemos apoyarnos en el carácter inmutable de amor, gracia y justicia de Dios.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Tenemos un Salvador que fue tentado como nosotros y venció (Hebreos 2:18). Se compadece de nosotros y nos ayuda a vencer. También nos ofrece misericordia y gracia (Hebreos 4:14-16). Él ya ha pagado el castigo por nuestro pecado y nos ayuda a no vivir más en él (Juan 15:1-17; 16:33; 1 Juan 1:8-10; 3:4-10). El Espíritu Santo es el poder que tenemos для caminar con Cristo como vencedores (Gálatas 5:16). Además, Dios nunca puede ser tentado por el mal. Esta verdad nos da una gran confianza. Dios nunca actuará en contra de Su naturaleza. Sabemos que Su carácter es amoroso, clemente, misericordioso y justo (Éxodo 34:6-7; 1 Pedro 1:3-9; Judas 1:24-25). Dios siempre hará lo que es justo. Aunque nuestra fe será puesta a prueba, eso no significa que la tentación provenga de Dios. Las pruebas pueden ser usadas para refinarnos, pero la tentación de pecar viene de nuestra propia naturaleza pecaminosa, una consecuencia de la Caída. Cada uno de nosotros es tentado por sus propios deseos. Al reconocer nuestros detonantes y confiar en el poder del Espíritu Santo, podemos superar la tentación y crecer en nuestra fe, transformando las pruebas en oportunidades para confiar más profundamente en la gracia y la guía de Dios.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA