¿Quién era Cleofás en la Biblia?

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En resumen:

Cleofás se encontró con Jesús en el camino a Emaús. El conocimiento de la Palabra que tenía Cleofás y su respuesta a Jesús animan nuestra fe.

Del Antiguo Testamento

  • Cleofás no es mencionado en el Antiguo Testamento.

Del Nuevo Testamento

  • Cleofás y su compañero caminaban de Jerusalén a Emaús, lo que podría indicar que Emaús era su hogar. Aunque hoy no sabemos dónde se encuentra Emaús, la Biblia dice que está “a unas siete millas de Jerusalén” (Lucas 24:13). Algunos eruditos especulan que el otro discípulo era la esposa de Cleofás, ya que ambos instaron a Jesús a quedarse con ellos (Lucas 24:29), pero esto no se puede confirmar. Mientras caminaban, hablaban de Jesús y de todo lo que había sucedido en Jerusalén. Cuando Jesús apareció de repente y empezó a caminar con ellos, les preguntó de qué hablaban. Cleofás respondió: “¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe las cosas que en ella han acontecido en estos días?” (Lucas 24:18).
  • Cleofás supuso que Jesús era un visitante que estaba en Jerusalén por la Pascua. Le sorprendió que alguien que estuviera cerca de la ciudad no se hubiera enterado de los recientes disturbios y de la crucifixión pública de un hombre que algunos judíos creían que era el Mesías. Cleofás le dio a este misterioso visitante un breve resumen de todo lo sucedido, concluyendo con el informe de las mujeres de que el cuerpo de Cristo había desaparecido de la tumba (Lucas 24:19-24).
  • Jesús respondió a Cleofás con una leve reprensión, sugiriendo que él y su compañero recordaran lo que los profetas habían predicho sobre el Mesías. Jesús entonces les explicó las Escrituras hebreas, mostrándoles cómo Él había cumplido esas profecías. Incluso entonces, no lo reconocieron, pero sus corazones “ardían” en su interior al oír Sus palabras (Lucas 24:32). Cuando llegaron a Emaús, le insistieron para que se quedara con ellos esa noche, y Él entró con ellos.
  • Cuando estaban todos a la mesa para comer, Jesús dio gracias y partió el pan. En ese momento, “les fueron abiertos los ojos, y le reconocieron” (Lucas 24:30-31). No se nos dice la razón por la que Cleofás y el otro discípulo supieron de repente quién era Jesús, pero en cuanto lo reconocieron, Él desapareció, solo para reaparecer más tarde ante todos ellos en Jerusalén (Lucas 24:36).
  • Tan pronto como Cleofás y su compañero supieron que era Jesús, regresaron directamente a Jerusalén para contárselo a los Once, que estaban reunidos con otros discípulos (Lucas 24:33-34). Lo más probable es que este grupo formara parte de los 120 presentes en el aposento alto cuando se derramó el Espíritu Santo el día de Pentecostés (Hechos 2).

Implicaciones para hoy

La historia de Cleofás nos enseña la importancia de conocer la Palabra de Dios y de estar dispuestos a dialogar con otros sobre la verdad. Cleofás se encontró con Jesús de una manera y en un momento inesperados. A pesar de no reconocerlo, Cleofás y su compañero conocían la Palabra de Dios y conversaron con Él mientras les explicaba las Escrituras. De la misma forma, tú también debes conocer la Palabra de Dios y estar dispuesto a dialogar con los demás, incluso cuando esto desafíe tus ideas o creencias preconcebidas. Conocer la Palabra de Dios también te permite profundizar en tu comprensión de Él, de Su carácter y de Su plan para ti. A medida que lo conozcas, estarás preparado para responder a quienes te pregunten sobre tu fe. Los demás no lo conocerán si no lo compartes (Romanos 10:14-15). Cleofás también nos enseña la importancia de la hospitalidad. Aún sin reconocer a Jesús, Cleofás fue hospitalario y lo invitó a su casa. Las relaciones son muy importantes; nos ayudan a crecer, nos brindan apoyo y nos dan un mayor sentido y perspectiva de la vida. Estamos hechos para vivir en comunidad, y la hospitalidad proporciona el tiempo y el espacio para que las relaciones crezcan, si le damos prioridad. Finalmente, Cleofás nos enseña cómo responder a la verdad de quién es Dios. Una vez que reconoció a Jesús, él y su compañero se apresuraron a regresar a Jerusalén para compartir la buena noticia. De igual manera, nosotros damos testimonio de quién es Jesús y de lo que ha hecho en nuestras vidas. Al compartirlo, invitamos a otros a experimentar el poder transformador de Jesús en sus propias vidas.

Comprende

  • Cleofás y su compañero viajaban de Jerusalén a Emaús cuando Jesús se les apareció.
  • Cleofás conocía las Escrituras y le explicó a Jesús lo que le había sucedido al Mesías, pero también escuchó a Jesús explicar cómo Él cumplía las profecías.
  • Cuando Cleofás reconoció a Jesús, fue y les contó a los demás discípulos que Jesús realmente había resucitado.

Reflexiona

  • ¿De qué manera la respuesta de Cleofás a la explicación de las Escrituras por parte de Jesús te inspira a sumergirte en ellas y a profundizar tu comprensión de la Palabra de Dios?
  • ¿Qué aprendemos sobre Dios a partir de la forma en que Jesús interactuó con Cleofás?
  • Reflexiona sobre la disposición de Cleofás para compartir la buena noticia inmediatamente después de reconocer a Jesús. ¿Cómo te anima su respuesta a compartir tu fe con los demás?

Ponlo en práctica

  • Cleofás supuso que Jesús era un forastero ajeno a los recientes acontecimientos de Jerusalén. ¿Cómo refleja esta suposición tus propias tendencias a subestimar la presencia de Dios en tu vida? ¿Cómo sería reconocer Su presencia a lo largo del día?
  • La hospitalidad desempeñó un papel crucial en el encuentro de Cleofás con Jesús y sigue siendo vital hoy en día. ¿Qué puertas abre la hospitalidad en tus relaciones?
  • Cleofás y su compañero se apresuraron a compartir la noticia de la resurrección de Jesús. ¿Qué obstáculos crees que pueden impedirte compartir con entusiasmo la buena nueva de Jesús, y cómo puedes superarlos?