¿Dice algo la Biblia sobre la guerra?

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En resumen:

La guerra es el resultado de la caída y forma parte de la vida en esta tierra. A veces, Dios ha utilizado la guerra para imponer Su justicia, pero incluso entonces, ofreció la paz antes que la guerra. Dios nos llama a ser pacificadores, y nos corresponde a nosotros discernir cuándo la guerra es necesaria.

Del Antiguo Testamento

  • Tras el diluvio de Noé, Dios estableció la pena de muerte para el asesinato (Génesis 9:5-6). Al hacerlo, reafirmó que los seres humanos están hechos a Su imagen (Génesis 1:27) y defendió el carácter sagrado de la vida humana (Salmo 139).
  • Éxodo 1 muestra que está mal quitarle la vida a un inocente, aunque el gobierno lo ordene.
  • Los Diez Mandamientos, fundamento de la ley mosaica, prohibían el asesinato (Éxodo 20:13; Deuteronomio 5:17).
  • El Antiguo Testamento contiene muchos ejemplos de Dios usando los ejércitos y la guerra como Su herramienta de justicia contra las naciones malvadas (Éxodo 15:3; 1 Samuel 15:3; Josué 6). Incluso en esto, parece que Dios siguió un enfoque de “guerra justa”. Muchas veces Dios les dijo a los israelitas que primero ofrecieran un tratado de paz a las naciones enemigas, pero si estas rechazaban la paz, entonces se procedía a la guerra (Deuteronomio 20).
  • El autor de Eclesiastés dice que hay: “Tiempo de guerra y tiempo de paz” (Eclesiastés 3:8).

Del Nuevo Testamento

  • En Mateo 5:39, Jesús les instruye a Sus seguidores a poner la otra mejilla en lugar de buscar venganza.
  • En Mateo 24:6-7, Jesús les advierte a Sus seguidores que “guerras y rumores de guerras” prevalecerán como señales del fin de los tiempos, pero los anima diciéndoles que no deben alarmarse, ya que estos acontecimientos forman parte de un plan mayor que se está desarrollando. Lucas 21:7-11 también habla de estos sucesos, indicando que van acompañados de diversas catástrofes y sirven como indicadores de importantes acontecimientos proféticos.
  • En Mateo 10:34, Jesús indica que no vino a traer la paz, sino la espada, destacando que Su mensaje causaría división, incluso entre las familias, a medida que las personas eligieran seguirlo.
  • Efesios 6:10-18 aborda el tema de la guerra principalmente en el contexto del conflicto espiritual, más que en el de las batallas físicas.
  • Romanos 12:18 nos llama a vivir en paz con todos, en la medida en que dependa de nosotros.
  • Romanos 13:1-4 explica que las autoridades gobernantes son establecidas por Dios. A veces, la guerra puede formar parte de ese gobierno.
  • Segunda de Corintios 5:18-19 habla de los creyentes como “embajadores de Cristo”, encargados de promover la paz y la reconciliación en lugar del conflicto.
  • Algún día habrá una guerra final. La guerra de Armagedón, descrita en Apocalipsis 16:16, representa la batalla final entre Dios y las fuerzas del mal, que culminará con la victoria definitiva de Cristo sobre Sus enemigos. Con Su palabra, Jesús derrotará y juzgará a Satanás y a la bestia, estableciendo Su reino (Apocalipsis 19:11-21).
  • Apocalipsis 20:7-10 menciona una guerra de Gog y Magog, que tiene lugar después del reinado milenario de Cristo, simbolizando la rebelión final contra Dios antes de la derrota definitiva de Satanás.

Implicaciones para hoy

Normalmente, cuando una persona pregunta qué dice la Biblia sobre la guerra, quiere saber si es correcto participar en ella. Hay básicamente tres puntos de vista construidos para responder a la pregunta: 1. Activismo: los cristianos deben participar en todas las guerras en las que participe su gobierno. 2. Pacifismo: los cristianos no deben participar en la guerra porque implica quitarle la vida a personas. 3. Selectivismo: los cristianos deben participar en guerras que sean “justas”. El activismo dice que el gobierno ha sido ordenado por Dios y que desobedecer al propio gobierno (y su orden de ir a la guerra) es desobedecer a Dios. El conjunto de versículos que se suele citar para apoyar este punto de vista es: “Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan, porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por consiguiente, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán condenación” (Romanos 13:1-2). Las Escrituras parecen rechazar el concepto de activismo total. Hay numerosos casos bíblicos de creyentes que desobedecen al gobierno cuando sus mandatos son contrarios a las leyes morales de Dios (por ejemplo, Daniel, Pedro y Juan). La historia también parece demostrar el rechazo al activismo. Por ejemplo, los juicios de Núremberg demostraron que obedecer ciegamente al gobierno no es excusa para acabar con la vida de inocentes. El pacifismo suele esgrimir tres argumentos. En primer lugar, citan erróneamente el sexto mandamiento como “no matarás”, cuando el versículo en realidad dice “no asesinarás”, que es diferente (Éxodo 20:13). El pacifista también suele citar una de las afirmaciones de Jesús en el Sermón del Monte: “Pero yo les digo: No resistan al que es malo. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra” (Mateo 5:39). Al hacer esto, el pacifista no se da cuenta de que: (1) una bofetada en la cara en el siglo I era un insulto y no una amenaza de daño corporal, muerte o confiscación de la libertad o los bienes personales, y (2) es un mandamiento dirigido a individuos y no a naciones. Por último, el pacifista dice que la guerra siempre se basa en la codicia, de una forma u otra. Pero la historia demuestra que esto es falso. Por ejemplo, Estados Unidos no entró en la Segunda Guerra Mundial por codicia, sino porque el país fue atacado y porque sus aliados estaban siendo amenazados con la pérdida de vidas, libertad y propiedades por varios dictadores. El selectivismo dice que los cristianos deben participar en lo que se llama una “guerra justa”. No hay un solo versículo en las Escrituras que defina una “guerra justa”; sin embargo, un intento de definición sería una guerra que: - Se libra en defensa de los inocentes. - Se libra para hacer justicia. - La libra un gobierno justo. - Se libra de manera justa (por ejemplo, sin atarles bombas a los niños). Hay varios ejemplos bíblicos que parecen apoyar el concepto de guerra justa. Por ejemplo, la batalla de Abraham contra los reyes en Génesis 14 (y su bendición por parte de Melquisedec) apoya la conclusión de que los agresores nacionales injustos deben ser resistidos y combatidos.

Comprende

  • La Biblia reconoce que la guerra forma parte de la vida en la Tierra después de la caída.
  • Dios ha usado la guerra para ejecutar justicia, pero a veces también es el resultado del pecado de la humanidad.
  • Hay tres puntos de vista sobre la guerra: el activismo (apoyar todas las guerras del gobierno), el pacifismo (oponerse totalmente a la violencia) y el selectivismo (participar en “guerras justas” que protegen a los inocentes y defienden la justicia).

Reflexiona

  • ¿Cómo concilias el concepto de que Dios utiliza la guerra para hacer justicia con Su llamamiento a la paz y la reconciliación en nuestras vidas?
  • ¿Cómo podemos esforzarnos por ser pacificadores en nuestras comunidades mientras comprendemos las complejidades que rodean la guerra y los conflictos?
  • ¿Cuándo has necesitado defender la justicia? ¿De qué manera el carácter de Dios determina cómo y cuándo defendemos la justicia?

Ponlo en práctica

  • ¿Qué principios bíblicos guían tu comprensión de cuándo puede ser necesaria la guerra? ¿Cómo se comparan esos principios con las opiniones contemporáneas sobre los conflictos, incluidas las políticas?
  • ¿Cómo puede el ejemplo de Dios, al ofrecer la paz antes de la guerra (como se ve en Deuteronomio 20:10), orientar tu enfoque para resolver conflictos en tu propia vida?
  • ¿Cómo influye el aspecto espiritual de la guerra (Efesios 6:10-18) en nuestras respuestas a los conflictos físicos y los problemas sociales?