¿Acaso la Biblia dice algo sobre el ministerio de jóvenes?

El ministerio de jóvenes se ha convertido en un campo muy común de alcance y discipulado en las iglesias modernas. Sin embargo, los ministerios separados para jóvenes no parecen haber sido comunes en las iglesias primitivas del Nuevo Testamento. Por el contrario, la mayoría de las iglesias se reunían en casas con familias enteras en reuniones menos formales que las de hoy en día.

Con todo, la Biblia dice muchas cosas importantes sobre el ministerio con los adolescentes. Primera de Timoteo 4:12 dice especialmente: "Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza". Los adolescentes deben dar ejemplo como jóvenes seguidores de Jesús.

Además, los adolescentes tienen muchas de las mismas necesidades espirituales que los adultos. Entre ellas, la necesidad de conocer a Cristo personalmente por la fe (Efesios 2:8-9), de crecer en el conocimiento de la verdad de Dios (2 Timoteo 3:16-17), de servir a los demás, de disfrutar de la amistad con otros creyentes (Hechos 2:42) y de aprender a compartir su fe con los demás.

El objetivo general del ministerio de jóvenes debe parecerse al de la iglesia: centrarse en honrar a Dios haciendo discípulos o cumpliendo la Gran Comisión (Mateo 28:18-20) y viviendo el Gran Mandamiento: amar a Dios y amar a los demás (Mateo 22:37-40). Para los adolescentes, el mentoreo también puede jugar un papel importante en este proceso. El apóstol Pablo ofreció y enseñó este tipo de formación con Timoteo: "Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Timoteo 2:2).

Otro principio bíblico importante para el ministerio de jóvenes se puede encontrar en 1 Corintios 12. En este capítulo, Pablo compara a los creyentes de la iglesia con las diferentes partes de un cuerpo humano. Cada parte es importante, y no hay ninguna parte que sea más importante que otra. Cuando se cuida a los adolescentes y se les dan oportunidades de ministerio en la iglesia local, pueden crecer como "parte del cuerpo" y sentirse parte esencial de la obra de Dios en la iglesia local.

Finalmente, 1 Timoteo 5 ofrece instrucciones para varios grupos de personas en la iglesia local. Los versículos 1-2 dicen: "No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza". Los líderes de la iglesia deben tratar a los hombres más jóvenes como hermanos y a las mujeres más jóvenes como hermanas. Los jóvenes de nuestra iglesia son miembros de nuestra familia. No son un ministerio más, sino una parte esencial de nuestra familia de la iglesia.

El ministerio de jóvenes se ha convertido en un área de servicio más desarrollada en muchas de las iglesias de hoy que en los tiempos bíblicos. Sin embargo, se aplican los mismos principios bíblicos que en cualquier área del ministerio: hacer discípulos, servir a Dios y a los demás, crecimiento personal, vivir como parte del cuerpo de Cristo y ser considerados parte esencial de la familia de Dios.



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