¿Los cuatro Evangelios presentan un mensaje de salvación diferente al del resto del Nuevo Testamento?
Algunos lectores del Nuevo Testamento afirman que el mensaje de salvación de los cuatro Evangelios parece diferente del mensaje del resto de los demás libros. ¿Será verdad? Un análisis minucioso del Nuevo Testamento revela que el mismo mensaje de salvación es coherente en todo el Nuevo Testamento. Por ejemplo, Jesús enseñó que la salvación viene por creer en Él: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16). Los apóstoles enseñaron este mismo mensaje el día de Pentecostés, cuando comenzó la Iglesia (Hechos 2:36). El apóstol Pablo ratificó este mismo mensaje evangélico en muchos relatos, entre ellos Efesios 2:8-9 sobre el don de la salvación que se recibe al creer en Jesús: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe".
Además, tanto Jesús como los apóstoles fueron coherentes al enseñar que Cristo es la única fuente de salvación. Jesús enseñó en Juan 14:6: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí". Posteriormente, los apóstoles fueron arrestados por su fe, pero proclamaron con valentía: "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12).
Por otra parte, Jesús estableció un puente entre Su ministerio registrado en los cuatro Evangelios y la labor de los apóstoles en Su Gran Comisión: "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:18-20).
Esta Gran Comisión resalta el principal mandamiento "haced discípulos" o seguidores en tres partes. Primero, a los discípulos se les ordenó "ir". En otras palabras, debían ser activos y llevar el mensaje del Evangelio a los demás. En segundo lugar, a los apóstoles se les ordenó bautizar. El bautismo es una expresión pública del compromiso de una persona para creer en Jesús. En el día de Pentecostés, los que creyeron fueron bautizados el mismo día: ¡unas 3.000 personas (Hechos 2:41)! En tercer lugar, los apóstoles debían enseñar todo lo que Jesús les había mandado. El mensaje del Nuevo Testamento era el mensaje de Jesús, no un evangelio diferente.
Aunque cada libro del Nuevo Testamento incluye un énfasis diferente para sus lectores y circunstancias particulares, la salvación es la misma en su enfoque (Cristo) y su proceso (gracia mediante la fe). No hay un mensaje diferente en los cuatro Evangelios y el resto del Nuevo Testamento. Por el contrario, hay una revelación adicional de Dios que se extiende para presentar una imagen más completa del único y gran camino de salvación que Dios nos ofrece a través de Jesucristo.
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