¿Existe una edad de responsabilidad en la Biblia? ¿Qué ocurre con los bebés que mueren?

En resumen:

La Biblia no especifica una edad exacta de responsabilidad, pero sugiere que la gracia de Dios cubre a aquellos incapaces de tomar una decisión de fe. Las Escrituras implican que a los niños que mueren antes de alcanzar este entendimiento se les muestra misericordia; sin embargo, los creyentes todavía están llamados a compartir el evangelio con aquellos que pueden responder.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

El concepto de una edad de responsabilidad es que hay una cierta edad en la que las personas se vuelven responsables de responder al evangelio de Jesús para la salvación. Antes de este tiempo, la edad de responsabilidad enseña que los niños que mueren van al cielo porque no tenían la edad suficiente para entender lo que significa elegir la fe en Cristo. Algunos escritores también llaman a este período de tiempo la edad de la inocencia. La Biblia no especifica una edad concreta de rendición de cuentas, pero sugiere que la gracia de Dios se extiende a los incapaces de tomar una decisión de fe. Algunos basan el concepto en la tradición judía (13 años) o en la edad de los responsables en el desierto (20 años), pero en última instancia, la responsabilidad varía de un niño a otro. La confianza del rey David en que volvería a ver a su hijo fallecido (2 Samuel 12:21-23) implica que Dios muestra misericordia hacia los que mueren inocentes. El Nuevo Testamento apoya la gracia de Dios a través de la expiación de Cristo, que es suficiente para todos, incluidos los que no pueden elegir la fe (Romanos 5:8 ; 1 Juan 2:2). Aunque confiamos en la misericordia de Dios para con los niños pequeños, los creyentes siguen estando llamados a compartir el Evangelio con aquellos que pueden entender y responder.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Al final, la edad de rendición de cuentas no es una edad determinada, sino la idea teológica de que la gracia de Dios se extiende a quienes son demasiado jóvenes para tomar la decisión de seguir a Cristo por la fe, como enseña la Biblia ( Efesios 2:8-9 ). Podemos confiar en que la gracia del Señor cubre a aquellos incapaces de responder como Él ha ordenado; sin embargo, debemos seguir esforzándonos por compartir el mensaje del Evangelio a todos los que pueden creer y están en necesidad de la salvación que sólo Jesús proporciona. La salvación no sólo afecta a nuestras vidas posteriores, sino también a nuestras vidas presentes. No hay regalo más grande, y aquellos de nosotros que conocemos a Jesús tenemos la tarea de compartir el evangelio con el mundo.

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