¿Por qué Dios parece diferente en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento?

En resumen:

Dios es inmutable. El Dios del Antiguo Testamento es el mismo Dios del Nuevo Testamento, cuyo carácter y plan redentor se revelan a través de Su relación con Su pueblo.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Dios puede parecer diferente en el Antiguo Testamento en comparación con el Nuevo Testamento debido a los distintos contextos en los que interactuó con la humanidad, pero Él no ha cambiado; Su naturaleza permanece inalterada. En el Antiguo Testamento, las acciones y los juicios de Dios se dirigían a menudo a las naciones y eran necesarios para establecer a Israel como nación santa, demostrando Su justicia y la gravedad del pecado, aunque la salvación seguía siendo individual, como lo es en el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento sentó las bases con leyes y pactos, y demostró la naturaleza de Dios y Su relación con Su pueblo a través de la nación de Israel. Del mismo modo, el Nuevo Testamento se centra en la Iglesia y demuestra la naturaleza de Dios y Su relación con Su pueblo. A pesar de estas diferencias contextuales, Dios permanece constante, revelando Su naturaleza inmutable y profundizando nuestra comprensión de Su plan redentor.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Esta naturaleza inmutable de Dios significa que Su carácter, Sus promesas y Sus expectativas permanecen constantes en todos los tiempos. Se nos invita a conocer a este Dios inmutable y a responder a Su oferta de salvación. El mismo Dios que creó la tierra preparó el camino para que fuéramos perdonados de nuestros pecados y tuviéramos vida abundante, ahora y para la eternidad (Juan 10:10). Dios no ha cambiado; lo que ha cambiado es el contexto. La santidad, la pasión, la moderación y el juicio de Dios son los mismos; la diferencia es que los vemos a un nivel más personal en lugar de nacional. Esta experiencia personal de Su amor y Su perdón significa que, sin importar dónde estemos o lo que hayamos hecho, siempre podemos encontrar en Él la gracia inquebrantable y la esperanza inagotable que transforman nuestras vidas y nos guían hacia un futuro eterno con Él.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA