¿Quién fue la profetisa Hulda en la Biblia?
En resumen:
La profetisa Hulda le comunicó la verdad de Dios al rey Josías. Hulda fue fiel a Dios a pesar del ambiente de pecado que la rodeaba.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
La profetisa Hulda es una mujer de la Biblia de la que sabemos muy poco. La Biblia dice que Hulda era “mujer de Salum [...], encargado del vestuario. Ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella acerca de esto” (2 Crónicas 34:22). Y lo que es más importante, ella era una profetisa. Hulda aparece como un personaje secundario en la gran historia del reinado de Josías y la infidelidad de Judá a Dios, pero su pequeño papel tuvo un gran impacto. Debido a que era conocida por su fidelidad al transmitir la palabra del Señor, pudo participar en acontecimientos que transformaron su nación.
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
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A la profetisa Hulda se la describe como “mujer de Salum, hijo de Ticva, hijo de Harhas, encargado del vestuario. Ella habitaba en Jerusalén en el segundo sector, y hablaron con ella acerca de esto” (2 Crónicas 34:22).
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La edad de Hulda no se indica en la Biblia, pero los hechos que la involucran ocurrieron dieciocho años después del inicio del reinado de Josías. Antes de eso, la nación fue gobernada por el padre de Josías, Amón, durante dos años (2 Crónicas 33:21-25). Su abuelo, Manasés, había gobernado durante cincuenta y cinco años (2 Crónicas 33:1-2, 9). Estos dos reyes llevaron al pueblo a adorar ídolos en el templo del Señor, a sacrificar a sus hijos y a practicar la hechicería y la brujería. En 2 Reyes 21:9 se dice que “Manasés hizo que se extraviaran para que hicieran lo malo, más que las naciones que el Señor había destruido delante de los israelitas”. Aunque Manasés se arrepintió más tarde en su reinado, el mal continuó bajo Amón. El reinado de Amón fue tan corto porque sus siervos conspiraron contra él y lo asesinaron. El pueblo derrocó a los conspiradores y puso en el trono a Josías, el hijo de ocho años de Amón, pero seguían lejos de Dios.
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En tiempos de Moisés, el Libro de la Ley se guardaba junto al arca del pacto (Deuteronomio 31:24-27). El rey David había seguido fielmente la Ley y la transmitió a su hijo Salomón, que construyó el templo. Pero en la época del reinado del rey Josías, no solo se había descuidado la Ley, sino que los sacerdotes del templo ni siquiera sabían dónde estaba el Libro de la Ley (2 Reyes 22:8; 2 Crónicas 34:14-15).
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El rey Josías ascendió al trono a la edad de ocho años. Segunda de Crónicas 34:3 nos dice que “Porque en el octavo año de su reinado, siendo aún joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David”. En el duodécimo año de su reinado, Josías había comenzado a derribar los ídolos de todo el país (2 Crónicas 34:1-7). En el año dieciocho de su reinado, Josías dispuso la reparación del templo. Envió hombres a Hilcías, el sumo sacerdote, para que recogieran el dinero que se había dado al templo y lo entregaran a los obreros. Mientras sacaba el dinero, Hilcías “encontró el libro de la ley del Señor dada por Moisés” (2 Crónicas 34:14). Hilcías entregó el libro a Safán, quien era el escriba. Safán llevó el libro a Josías y se lo leyó. El rey Josías se rasgó las vestiduras al ver cuán lejos se había alejado Judá del Señor. Josías envió a sus hombres a buscar la palabra de Dios. Ellos fueron a ver a la profetisa Hulda.
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Los hombres de Josías hablaron con Hulda. Ella les dijo: “Así dice el Señor: ‘Voy a traer mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, es decir, todas las maldiciones escritas en el libro que ellos han leído en presencia del rey de Judá. Por cuanto me han abandonado y han quemado incienso a otros dioses para provocarme a ira con todas las obras de sus manos, por tanto Mi furor se derramará sobre este lugar, y no se apagará’”. Pero al rey de Judá que los envió a ustedes a consultar al Señor, así le dirán: “Así dice el Señor, Dios de Israel: ‘En cuanto a las palabras que has oído, porque se enterneció tu corazón y te humillaste delante de Dios cuando oíste Sus palabras contra este lugar y contra sus habitantes, y te humillaste delante de Mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste delante de Mí, ciertamente te he oído’, declara el Señor. ‘Te reuniré con tus padres y serás recogido en tu sepultura en paz, y tus ojos no verán todo el mal que Yo voy a traer sobre este lugar y sobre sus habitantes’”». Y llevaron la respuesta al rey” (2 Crónicas 34:24-28; cf. 2 Reyes 22:15-20). El juicio de Dios llegaría a Judá, pero Él lo retrasaría y no lo llevaría a cabo en los días de Josías.
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Los hombres le transmitieron al rey el mensaje de la profetisa Hulda. Josías reunió al pueblo de Judá y le leyó el Libro de la Ley (2 Crónicas 34:29-30). Entonces “hizo un pacto delante del Señor, de andar en pos del Señor y guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, para cumplir las palabras del pacto que están escritas en este libro” (2 Crónicas 34:31), e hizo que el pueblo se uniera al pacto (2 Crónicas 34:32). Josías continuó sirviendo fielmente a Dios hasta que murió en batalla. Josías reinó durante treinta y un años (2 Reyes 22:1-2).
DEL NUEVO TESTAMENTO
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La profetisa Hulda no se menciona en el Nuevo Testamento.
IMPLICACIONES PARA HOY
La profetisa Hulda permaneció fiel al Señor en una época muy oscura de la historia. El pueblo estaba atrapado en el pecado, siguiendo sus propios deseos, pero Hulda eligió servir al Señor y no a sí misma. En una época en que Judá estaba atrincherado en la idolatría, la fidelidad de Hulda al Señor le permitió compartir las palabras de juicio y de consuelo de Dios con el rey Josías. Ella fue un instrumento en la obra de Dios en la vida del rey y en la vida del pueblo. La vida de Hulda nos enseña el poder del compromiso individual con Dios. En lugar de dejarse llevar por la cultura imperante, Hulda transmitió sin miedo el mensaje de Dios de juicio y consuelo al rey Josías, demostrando la importancia de decir la verdad incluso cuando es difícil. El papel de Hulda como profetisa nos recuerda la importancia de buscar la palabra de Dios y ser un instrumento en Su obra, mostrando que incluso en tiempos de oscuridad, Dios puede usar a personas fieles para provocar el cambio y la restauración. Su historia nos inspira a permanecer fieles, valientes y esperanzados en la soberanía de Dios, confiando en que Sus propósitos prevalecen incluso en medio del caos.
COMPRENDE
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Hulda vivió en una época de decadencia moral en Judá, marcada por la idolatría y el descuido de la ley de Dios bajo reyes rebeldes.
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El rey Josías, después de descubrir el Libro de la Ley perdido, buscó la guía de Dios a través de Hulda, lo que condujo al arrepentimiento y a la renovación espiritual.
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Josías respondió a la profecía de Hulda renovando el pacto con Dios, lo que provocó un avivamiento y demostró el poder de la obediencia a la Palabra de Dios en medio de un juicio inminente.
REFLEXIONA
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¿De qué manera la fidelidad de Hulda a Dios en una cultura de pecado te desafía a permanecer firme en tu propia fe, incluso cuando te rodea la decadencia moral?
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¿Cómo puedes buscar la guía de Dios y decir la verdad con valentía, siguiendo el ejemplo de Hulda, especialmente cuando te enfrentas a situaciones difíciles?
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Reflexionando sobre el papel de Hulda como profetisa, ¿cómo puedes contribuir activamente a la obra de Dios en tu propia esfera de influencia?
PONLO EN PRÁCTICA
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¿Qué características de Hulda le permitieron ser una profetisa fiel en una época de decadencia moral? ¿Cómo podemos cultivar cualidades similares en nuestras vidas?
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Analiza la importancia del mensaje de Hulda al rey Josías. ¿Cómo influyeron sus palabras en el rey y en la nación?
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¿Cómo podemos animar y apoyar a las personas de nuestras comunidades para que acepten su vocación y digan la verdad con valentía, siguiendo el ejemplo de Hulda?
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