¿Quién fue Hilcías en la Biblia?

En resumen:

Hay varios hombres llamados Hilcías en la Biblia. La historia de Hilcías nos recuerda que Dios es nuestra porción y nuestra mayor herencia.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Hay varios hombres llamados Hilcías en la Biblia. El nombre significa “la porción o herencia de Yahvé”. Muchos sacerdotes llevaban este nombre, ya que Dios era la herencia de los sacerdotes levitas. Un Hilcías en particular fue sumo sacerdote durante el reinado del rey Josías y encontró el Libro de la Ley. Este Hilcías cumplió fielmente su deber como sumo sacerdote, primero llevando las Escrituras al rey, luego buscando la palabra de Dios a través de una profetisa confiable y, por último, supervisando la adoración correcta de la nación. La vida de Hilcías nos recuerda que Dios es realmente nuestra mayor herencia.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

La verdad del significado del nombre Hilcías se refleja en la declaración de Jeremías: “El Señor es mi porción, dice mi alma, «Por tanto en Él espero»” (Lamentaciones 3:24). No solo los levitas fueron invitados a pensar en Dios como su herencia. En el Sinaí, Dios ordenó a Moisés que dijera a todo el pueblo de Israel: “Ustedes han visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo los he tomado sobre alas de águilas y los he traído a Mí. Ahora pues, si en verdad escuchan Mi voz y guardan Mi pacto, serán Mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra. Ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa”. Estas son las palabras que dirás a los israelitas” (Éxodo 19:4-6). Pedro se hizo eco de este sentimiento cuando escribió a los creyentes: “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable” (1 Pedro 2:9). Todos los seguidores de Dios pueden proclamar con el salmista: “El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte. Las cuerdas me cayeron en lugares agradables; en verdad es hermosa la herencia que me ha tocado” (Salmo 16:5-6). No solo Dios es nuestra porción y herencia, sino que Dios declaró que Sus seguidores también son Su herencia. “Pues la porción del Señor es Su pueblo; Jacob es la parte de Su heredad” (Deuteronomio 32:9). “Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él ha escogido como Su herencia.” (Salmo 33:12). Toda persona está invitada a vivir la verdad del nombre de Hilcías depositando su esperanza en Dios y proclamándolo como la única herencia que necesita (Juan 3:16-18; Gálatas 3:27-29; Efesios 1:3-14; Hebreos 9:11-15; 1 Pedro 1:3-12). Quienes confían en Jesús y lo siguen se convierten en hijos de Dios y también en parte de Su herencia (Juan 1:12; 14:1-7; 17:20-26; Efesios 2:1-10; Filipenses 2:5-11; Hebreos 2:5-18; Apocalipsis 21:3).

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