¿Cómo se nos revela Dios?

En resumen:

Dios se nos revela de muchas maneras, incluyendo Su Palabra, la creación, nuestra conciencia, Su Espíritu, las circunstancias y las personas. La cuestión no es si Dios se nos revela, sino cómo respondemos a lo que Él nos revela sobre Sí mismo.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Dios se nos revela de muchas maneras, cada una de las cuales arroja luz sobre Su naturaleza. Su Palabra sirve como nuestra fuente primaria de entendimiento, revelando Sus palabras, carácter y propósitos, incluyendo Su plan de salvación para toda la humanidad. Jesucristo, como Dios encarnado, dio a conocer al Padre a través de Su vida y Sus acciones. El Espíritu Santo nos enseña y nos recuerda la verdad, ayudándonos a comprender más profundamente Su naturaleza y propósitos. Dios también se comunica a través de la creación, que muestra Su gloria y poder, haciendo evidentes de forma tangible Su existencia y Sus atributos. Otras personas también pueden reflejar el carácter de Dios a través de sus acciones, especialmente cuando están influidas por el Espíritu Santo. Dios se revela de muchas maneras, y todos estamos llamados y somos responsables de responder al modo en que Él se nos revela.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Somos más capaces de reconocer el carácter de Dios que se revela a través de los demás cuando ya tenemos una sólida base de conocimiento de Él a través de Su Palabra y de la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Las Escrituras dan forma a nuestra comprensión de quién es Dios, y el Espíritu Santo profundiza esa comprensión, guiándonos para discernir Su presencia y Sus acciones a nuestro alrededor. Cuando alguien demuestra genuina bondad, paciencia o paz, especialmente en circunstancias difíciles, son reflejos del fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23) y facetas del carácter de Dios. Estos momentos se nos hacen más evidentes cuando nos hemos sumergido en las verdades de la Palabra de Dios y hemos permitido que el Espíritu Santo moldee nuestros corazones y mentes. Dios siempre se está revelando de diversas maneras, ya sea a través de la creación, de las personas o de las circunstancias. La cuestión es si le prestamos atención y nos dirigimos a Él. A medida que le buscamos diligentemente en la oración, estudiamos Su Palabra y permanecemos sensibles a la guía del Espíritu, nuestros sentidos espirituales se agudizan. Esta conciencia creciente nos permite reconocer Su mano en los momentos pequeños y significativos de la vida, viendo Su amor, sabiduría y poder en acción. Cuanto más nos involucramos con la Palabra de Dios y la enseñanza del Espíritu, más en sintonía nos volvemos con Su presencia, por lo que es más fácil identificar y responder a Sus revelaciones en nuestra vida cotidiana.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA