¿Por qué exige Dios nuestra adoración?

En resumen:

La adoración consiste en vivir nuestra vida como respuesta a quién es Dios y a lo que Él hace. Dios es completamente digno de toda adoración, tanto en esta vida como por toda la eternidad.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Adorar significa honrar o alabar. Dios es el único Ser perfecto en todo el universo, completamente digno de adoración. Por lo tanto, Él pide, busca y exige que los seres que ha creado lo honren. Además, se nos enseña a no adorar a ningún otro dios o ídolo. La adoración es más que cantar; es un estilo de vida que honra a Dios a través de la obediencia y el reconocimiento de Su grandeza. No hay otro dios, persona o cosa creada que deba recibir nuestra lealtad en lugar del Señor. Él es nuestro Creador, Sustentador y salvación. Dios merece nuestra adoración, y hacemos bien en confiarle nuestra vida y nuestra devoción.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Como seres humanos, hemos sido creados a imagen de Dios (Génesis 1:27-28). Fuimos creados para reflejar Su carácter al mundo y diseñados para tener una relación con Él. La adoración no es solo algo que Dios desea porque es digno; también la desea porque nos ama. Adorar —vivir nuestra vida a la luz de quién es Dios, según Sus caminos y para Su gloria— es el propósito para el que fuimos diseñados. No se trata de que Dios necesite que alimenten Su ego, sino de que Él, en Su amor, nos creó. Y porque Él es nuestro Creador, vivir a Su manera y en relación con Él es, en última instancia, para nuestro propio bien. Jesús conecta el amor y la obediencia en Juan 15, mientras que Juan 17 y el libro de 1 Juan muestran la unidad que debemos tener con Dios. La adoración —vivir nuestra vida como respuesta a quién es Dios y a lo que hace— es una parte fundamental de esa unidad (Juan 4:23-24; Romanos 12:1-2).

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