¿Cuál es la visión cristiana de la donación de órganos? ¿Debe un cristiano ser donante o receptor de órganos?
En resumen:
No hay nada en la Biblia que prohíba a un cristiano donar un órgano o aceptar un trasplante de órganos.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
Aunque la Biblia no menciona específicamente la donación de órganos, no hay nada en ella que prohíba a un cristiano donar un órgano o aceptar un trasplante. Donar órganos está en consonancia con los principios de amor y sacrificio demostrados por Cristo. Las preocupaciones sobre la resurrección corporal pueden aliviarse al comprender que Dios proveerá cuerpos glorificados, independientemente del estado del cuerpo físico en el momento de la muerte. Las consideraciones éticas son cruciales, sobre todo en lo que respecta a la prevención del tráfico de órganos y la garantía de métodos de obtención respetuosos. En general, la donación de órganos se considera un acto de compasión que refleja el amor de Cristo por los demás.
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
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La Biblia menciona una donación de órganos metafórica. Cuando Cristo murió, tomó nuestro corazón de piedra y nos dio Su corazón de carne (Ezequiel 11:19). Sin ese trasplante, estaríamos muertos para Dios y condenados eternamente; con él, tenemos vida eterna. Debemos sentirnos libres de seguir el ejemplo de Cristo y entregar el cuerpo perecedero para ayudar a otro.
DEL NUEVO TESTAMENTO
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Juan 15:13 dice que el mayor amor es dar la vida por los amigos. La mayoría de las religiones (y todas las confesiones cristianas) permiten o incluso apoyan los trasplantes de órganos como una demostración de amor.
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Cuando se habla de trasplante de órganos, el único pasaje que podría generar dudas es 1 Corintios 6:19-20: “¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que ustedes no se pertenecen a sí mismos? Porque han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios”. Pero cuando se cita este pasaje como argumento contra la donación de órganos, se saca de contexto. Se refiere a la inmoralidad sexual y a la sumisión que aceptamos cuando decidimos seguir y obedecer a Cristo. No se refiere a la extracción de una parte del cuerpo de una persona, viva o muerta, que pueda servir para ayudar a otra.
IMPLICACIONES PARA HOY
De forma instintiva, algunas personas dudan de donar órganos al morir debido a la resurrección. Esta opinión probablemente tiene sus raíces en los tiempos de la Iglesia primitiva. Los primeros cristianos mostraban su fe en la resurrección enterrando a sus muertos en lugar de incinerarlos como hacían los paganos. Esa práctica se convirtió en la convicción de que si un cuerpo no está entero, el difunto no puede ascender al cielo. Este temor se basa en una visión errónea de la resurrección corporal. Se nos dará un cuerpo nuevo y glorificado, hecho por Dios. Él no necesita los átomos originales dispuestos de una manera particular para resucitarnos y darnos un nuevo cuerpo. Los judíos de la Biblia entendían esto; incluso aquellos que creían en la resurrección enterraban el cuerpo hasta que la carne se descomponía. Los huesos eran entonces enterrados de nuevo en una tumba permanente, sin preocuparse por la carne destruida.
La Biblia sí presenta un par de conflictos potenciales con la obtención de órganos para donación. El primero se refiere a los órganos obtenidos mediante clonación terapéutica. Se trata de una forma de investigación con células madre en la que se crea un clon con fines de investigación médica o terapia. No sabemos el momento exacto en que comienza la vida y Dios da un alma a una persona. Por ello, es potencialmente un homicidio crear un clon con el único propósito de usar sus células para crear un órgano. Otra preocupación es la extracción y venta de órganos a través del tráfico de seres humanos. La leyenda urbana del hombre que se despertó en una bañera de hielo sin riñones es solo una historia con moraleja. Pero hoy en día hay personas —migrantes, personas sin hogar y otros— que son engañadas u obligadas a donar sus órganos. Algunos son engañados, otros tenían la intención de donar pero no se les pagó adecuadamente. El tráfico de partes del cuerpo no es frecuente, pero es una gran tentación ante una necesidad real y una larga lista de espera para trasplantes.
COMPRENDE
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La Biblia no prohíbe la donación de órganos.
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La donación de órganos refleja las enseñanzas de Cristo sobre el amor y el sacrificio.
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La preocupación por la integridad corporal en el momento de la muerte se alivia con la creencia de que Dios proveerá cuerpos glorificados.
REFLEXIONA
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¿Cómo concilias personalmente la concepción bíblica del cuerpo como templo con el concepto de donación de órganos?
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¿Cómo puedes ver la donación de órganos como un reflejo del amor y el sacrificio de Cristo en tu propia vida?
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¿Qué opinas de las consideraciones éticas que rodean la donación de órganos y cómo influyen en tu decisión de ser donante o receptor?
PONLO EN PRÁCTICA
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Los gitanos y los sintoístas creen que la extracción de órganos de un muerto está mal, pero estas creencias se basan en una teología incorrecta. Los gitanos creen que el cuerpo debe estar intacto para que el alma del difunto pueda volver a visitar su vida anterior. El sintoísmo enseña que los cadáveres son espiritualmente peligrosos y poderosos.
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¿Cómo puede la comprensión de la promesa de cuerpos glorificados cambiar la perspectiva de las preocupaciones relativas a la integridad corporal en el contexto de la donación de órganos?
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¿Qué pasajes bíblicos pueden reexaminarse para apoyar o cuestionar los puntos de vista sobre la donación de órganos, y cómo informan nuestra comprensión de la compasión y el sacrificio?
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