Después de que Caín matara a Abel, ¿a quién tenía que temer?

En resumen:

Caín temía a los miembros de su propia familia, quienes eran capaces de buscar venganza.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Caín asesinó a su hermano Abel después de que Dios rechazara su sacrificio, pero aceptara el de Abel. Como resultado del asesinato, Dios maldijo a Caín, diciéndole: “vagabundo y errante serás en la tierra” (Génesis 4:12). Ante esto, Caín revela su temor: “cualquiera que me halle, me matará” (Génesis 4:14). No tenemos que inventar una raza preadámica para explicar a quién temía Caín después de matar a Abel. Eran simplemente sus hermanos, hermanas y sus familias. Caín tenía razón al temer la venganza, pero la mano de Dios seguía protegiéndolo de cualquiera que quisiera vengarse de él.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

El pecado de Caín lo llevó al miedo. Temía a quienes pudieran intentar vengarse de él. El pecado siempre tiene más consecuencias de las que podemos imaginar. Sin embargo, Caín debería haber temido primero a Dios. Si Caín hubiera escuchado a Dios cuando le advirtió que el pecado acechaba a la puerta y que debía dominarlo, no habría asesinado a su hermano y no habría tenido que lidiar con las consecuencias directas y secundarias, como el miedo, que resultaron de su pecado. El Salmo 91:1 nos muestra que hay seguridad para quienes confían en el Señor: “El que habita al amparo del Altísimo morará a la sombra del Omnipotente”. Nosotros también estamos llamados a vivir para Dios y a apartarnos del pecado. Cuando el pecado acecha a nuestra puerta, podemos elegir temer a Dios y hacer lo correcto, en lugar de experimentar el miedo que traen las consecuencias de no seguirlo a Él.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA