¿Quién era Agabo en la Biblia?

En resumen:

Agabo fue un verdadero profeta que declaró la verdad a Pablo, aun cuando esta fuera desfavorable.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Agabo fue un profeta auténtico que anunció una hambruna y el sufrimiento que Pablo experimentaría. Compartió fielmente lo que Dios le había mostrado, incluso cuando el mensaje era desfavorable. En ambos casos, la profecía de Agabo ayudó a Pablo a prepararse para las circunstancias que le aguardaban. Bíblicamente, los profetas tienen la responsabilidad de comunicar lo que el Señor ordena, y el pueblo, a su vez, debe prestar atención a esos mensajes (Deuteronomio 18:18-22) o afrontar las consecuencias. Agabo escuchó y proclamó fielmente las palabras del Señor, y Pablo, con igual fidelidad y humildad, las escuchó y recibió.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Agabo compartió fielmente la verdad, aun cuando el mensaje era desfavorable. En ambas ocasiones, su profecía ayudó a Pablo a prepararse para las circunstancias que le aguardaban. La profecía consiste en proclamar la verdad, no solo en predecir el futuro. Cuando una persona afirma hablar en nombre de Dios, la clave es comparar sus palabras con las de la Biblia. Lo que esa persona diga debe concordar totalmente con lo que Dios ya ha revelado en las Escrituras. 1 Juan 4:1 instruye: “Amados, no crean a todo espíritu, sino prueben los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo”. Del mismo modo, 1 Tesalonicenses 5:20-21 dice: “no desprecien las profecías. Antes bien, examínenlo todo cuidadosamente, retengan lo bueno”. Si alguien que dice proclamar la verdad de Dios contradice la Biblia, no se le debe prestar atención. Si sus palabras concuerdan con la verdad bíblica, uno debe buscar sabiduría y discernimiento para saber si Dios lo está llamando a aplicarlas y cómo hacerlo (2 Timoteo 3:16-17; Santiago 1:5). Dios llama a los creyentes a proclamar la verdad con amor (Efesios 4:15). Debemos ser fieles al Señor y anunciar la verdad, sin temor a la gente (Gálatas 1:10; 1 Tesalonicenses 2:4). Quienes escuchan el mensaje tienen la responsabilidad de compararlo con la Palabra de Dios y prestar atención. Agabo proclamó fielmente la verdad, y así también debemos hacerlo nosotros.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA