Hadasa, también conocida como Ester, fue una huérfana judía criada por su primo Mardoqueo en Persia. A pesar de sus dificultades, llegó a ser reina y mantuvo en secreto su identidad judía. La fe y la valentía de Ester le permitieron desenmascarar el complot de Amán para aniquilar a los judíos y, finalmente, salvar a su pueblo. Su historia, al igual que el mirto, simboliza la resiliencia y la prosperidad de los justos. Hoy, el legado de Hadasa es un llamado a confiar en el Señor y a permanecer firmes en nuestra fe para llevar vida y paz a quienes nos rodean.
Al igual que el símbolo del mirto, Hadasa estaba destinada a traer vida y paz al pueblo de Dios en Persia. Durante su reinado, Amán, un hombre de confianza del rey, conspiró para matar a los judíos. Ester, сon mansedumbre y humildad, confió en Dios para rescatar a Su pueblo a través de sus audaces acciones. Con gran temor, se presentó ante el rey sin haber sido llamada. Como gozaba del favor del rey, este le concedió una audiencia. Dicho favor le permitió interceder por su pueblo, desenmascarar el malvado plan de Amán y, finalmente, salvar a los judíos de la destrucción. Así, Hadasa se ha convertido en un nombre muy querido que representa la fuerza y la vida. Como ella, estás llamado a confiar en el Señor y a crecer como un árbol que se mantiene firme a pesar de las dificultades. Jeremías 17:7-8 dice: “Bendito es el hombre que confía en el Señor, cuya confianza es el Señor. Será como árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces junto a la corriente; no temerá cuando venga el calor, y sus hojas estarán verdes; en año de sequía no se angustiaráni cesará de dar fruto”. Acoge el legado de Hadasa y mantente firme en tu fe, confiando en que el Señor te utilizará para Sus propósitos y para dar vida a quienes te rodean.