¿Qué dice la Biblia?
Tanto los hombres como las mujeres llevaban pendientes en tiempos bíblicos, como se menciona en pasajes como Éxodo 32:2-3. El Nuevo Testamento no ordena ni a favor ni en contra de llevar pendientes, pero hace hincapié en la modestia y en centrarse en la piedad más que en la apariencia externa (1 Timoteo 2:9-10; 1 Pedro 3:3). En el caso concreto de las mujeres, Pablo las animaba a dar prioridad a las buenas obras sobre los adornos costosos, con el objetivo de llevar una vida centrada en Cristo. Hoy en día, llevar pendientes sigue siendo una elección personal siempre que no obstaculice la fe de los demás o desobedezca la guía de los padres (Romanos 14). En última instancia, los creyentes están llamados a buscar lo que es beneficioso, honrando a Dios en todas sus decisiones, incluyendo lo que llevan puesto (1 Corintios 10:23).