¿Qué dice la Biblia sobre las ventas en la iglesia?

Cuando hablamos de vender algo en la iglesia, los comentarios más comunes son los que tienen que ver con Jesús limpiando el templo. En una ocasión, Jesús dijo: "¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones" (Marcos 11:17). ¿Cómo se aplican estos relatos al hecho de vender en las iglesias de hoy día?

En primer lugar, el templo y las iglesias locales de hoy son dos contextos diferentes. En el templo judío, Jesús condenó que se lucrara con una actividad considerada como tiempo de adoración. Los mercaderes vendían animales para los sacrificios judíos y los cambistas cambiaban dinero por el impuesto del templo. En vez de hacer estas cosas como un servicio a los viajeros judíos que llegaban al templo, se convirtió en un negocio lucrativo centrado en el beneficio. Jesús expulsó a los que vendían y compraban en los atrios del templo.

En segundo lugar, la iglesia local es la reunión de los creyentes, no el edificio en el que se reúnen. Aunque muchas personas ven el edificio como la iglesia, esta no es la definición bíblica. A diferencia del templo, el edificio de la iglesia no se contamina ni se ensucia por comprar y vender de la misma manera que sucedía en el templo.

Cada iglesia debe determinar lo que es apropiado para su congregación. Si bien ofrecer música, libros u otros recursos cristianos útiles puede ser apropiado para una congregación, hay otros artículos o formas de vender que pueden causar molestias entre los miembros o la comunidad local. El objetivo debe ser reunirse para honrar a Dios y mostrar Su amor a los demás antes que vender y comprar.

A continuación, se presentan algunas pautas útiles que una iglesia local podría adoptar:

-No es necesario hacer donaciones o compras para los que asisten a los servicios de la iglesia.
-No hay ventas bajo presión.
-La venta debe estar relacionada de alguna manera con ayudar a la misión de la iglesia y no simplemente con obtener un beneficio.
-El liderazgo de la iglesia debe aprobar los artículos presentados para la venta.
-Los artículos vendidos deben cumplir con las regulaciones locales, regionales y nacionales.

Una congregación local también puede establecer otras directrices. Por ejemplo, algunas iglesias se abstienen de colocar carteles en el auditorio sobre los artículos en venta. Otras iglesias no ofrecerán ventas desde el frente, sino que remitirán todas las ventas a los anuncios o al área de recepción fuera del lugar de adoración. Cada congregación debe analizar cuidadosamente cuál es la mejor manera de manejar estos asuntos de forma que honre a Dios y atienda mejor las necesidades de la congregación.



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