¿Qué significa usar bien la palabra de verdad (2 Timoteo 2:15)?

Segunda de Timoteo es una carta del apóstol Pablo a su "hijo amado" Timoteo, un joven que se había unido a Pablo y Silas en uno de sus viajes misioneros (2 Timoteo 1:1-2; Hechos 16). Timoteo estuvo con Pablo cuando escribió otras epístolas del Nuevo Testamento, actuó como representante de Pablo en varias iglesias (1 Corintios 4:17; Filipenses 2:19) y llegó a ser pastor de la iglesia de Éfeso (1 Timoteo 1:3). Los dos estaban muy unidos. Segunda de Timoteo se escribió poco antes de la muerte de Pablo. Sabiendo que probablemente moriría pronto, parece que Pablo quería animar a Timoteo, y a todos los creyentes, a mantenerse firmes en la fe. Con ese telón de fondo escribió: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad" (2 Timoteo 2:15 - LBLA).

La frase "maneja con precisión" es una traducción de la raíz griega orthotomeo, que se refiere a hacer un corte recto. El concepto es bastante sencillo: Se anima a Timoteo a entender y utilizar la Palabra de Dios de forma apropiada. Como con todos los versículos, explorar el contexto más amplio puede ayudar a comprender mejor.

Pablo ya había hablado de la "fe sincera" de Timoteo (2 Timoteo 1:5) y le había recordado que debía "avivar el fuego del don de Dios" (2 Timoteo 1:6). Pablo le exhortó a no avergonzarse de la verdad acerca de Jesús ni del encarcelamiento de Pablo. Pablo dice: "no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día" (2 Timoteo 1:12). Pablo animó a Timoteo diciendo: "Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste...Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros" (2 Timoteo 1:13-14). Pablo afirma la fe de Timoteo y le exhorta a seguir cumpliendo el llamado de Dios sobre su vida, firmemente en la verdad de Dios.

Pablo escribe: "Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Timoteo 2:1-2). Timoteo no sólo debe permanecer firme, sino transmitir la fe a otros, que también enseñarán a otros. A Timoteo le dice: "Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad" (2 Timoteo 2:14-16). En lugar de enredarse en debates inútiles o participar en vanas palabrerías, Timoteo debe mantenerse firme en la verdad y enseñar a los demás a hacer lo mismo. Debe manejar la palabra de Dios correctamente, estudiándola diligentemente, aferrándose a ella y animando a otros a hacer lo mismo.

La "palabra de verdad" se referiría a las enseñanzas de Pablo sobre Jesús, así como a las Escrituras del Antiguo Testamento en las que Timoteo se había formado (2 Timoteo 3:14-15) y al canon del Nuevo Testamento que se estaba elaborando (2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:21; 3:15-16). Para "usar bien" o "manejar con precisión", Timoteo debe conocer la verdad y no ponerla en entredicho. Pablo da ejemplos de quienes se han "desviado de la verdad" y "trastornan la fe de algunos" (2 Timoteo 2:17-18). Más adelante le advierte a Timoteo que se aleje de "cuestiones necias e insensatas" (2 Timoteo 2:23). Por el contrario, "el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen" (2 Timoteo 2:24-25). Pablo también advierte de las dificultades que se avecinan y de la perversidad de la cultura, incluidos los que "se oponen a la verdad" (2 Timoteo 3:8). Timoteo debe continuar en la verdad que ha aprendido, sabiendo que "toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra." (2 Timoteo 3:16-17). Debe manejar correctamente la Palabra de Dios para que pueda permanecer firme y enseñar a otros a hacer lo mismo.

Hay que tener en cuenta que manejar correctamente la Palabra de Dios no consiste únicamente en tener conocimientos intelectuales o estar en lo cierto. A Timoteo se le recomienda: "que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina" (2 Timoteo 4:2). Las Escrituras nos ayudan a equiparnos para "toda buena obra" (2 Timoteo 3:17). En otro pasaje se nos pide que seamos "hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores" (Santiago 1:22). "Siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo" (Efesios 4:15). Manejar correctamente la Palabra de Dios debería cambiarnos (Efesios 4:17-32). El resultado debe ser que conozcamos más a Dios, lo amemos más y amemos más a los demás (Juan 15:1-17).

Hebreos 4:12-13 dice: "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta". La Palabra de Dios examina nuestros corazones. Nos muestra nuestra propia pecaminosidad a la luz de la santidad de Dios (Isaías 6:1-7). También nos habla del inmenso amor, misericordia y gracia de Dios (Éxodo 34:6-7; Hebreos 13:5-6; 1 Juan 4:7-10). Mediante Su Palabra aprendemos acerca de Jesús, el sacrificio expiatorio por nuestros pecados quien venció al pecado y a la muerte y por quien todos los que confían en Él son hechos justos (2 Corintios 5:17-21; Efesios 2:1-10). Cuando manejamos correctamente la Palabra de Dios, comprendemos correctamente Su santidad y Sus innumerables bendiciones para todos los que son Suyos (Efesios 1:3-14). Nos entendemos correctamente a nosotros mismos y llegamos a ser sacrificios vivos, deseosos de conocerlo y servirlo por amor (Romanos 12:1-2; 1 Juan 4:7-12, 21).

Usar bien la palabra de verdad conlleva una comprensión precisa de la verdad, así como una respuesta apropiada a esa verdad por medio de la obra del Espíritu Santo en nosotros (Filipenses 2:12-13; 2 Timoteo 1:14; 2:7).



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