¿Debería hacer un test/examen/evaluación de dones espirituales?

Es bueno que un cristiano desee conocer sus dones espirituales. En este sentido, algunos han desarrollado varias pruebas de dones espirituales para ayudar a las personas en este proceso. Pero, ¿son estas pruebas exactas o útiles?

En primer lugar, es claro que los primeros cristianos no necesitaban una prueba para determinar cómo servir mejor a Dios. Todos los primeros cristianos colaboraban para satisfacer las necesidades de la iglesia y llegar a los incrédulos (Hechos 2:42-47). No fue hasta tiempo después que los apóstoles Pablo y Pedro mencionaron los dones espirituales en sus cartas como las habilidades que los creyentes reciben para servir al Señor y a los demás.

Segundo, los test de dones espirituales están desarrollados de acuerdo a las interpretaciones de una persona o grupo de las enseñanzas bíblicas con respecto a los dones espirituales. Por ejemplo, la forma en que un escritor define un don espiritual determinará qué rasgos se utilizan en las preguntas de una prueba. Estas pueden o no ser precisas en comparación con el significado que la Biblia pretende dar.

Tercero, lo mejor que una prueba de dones espirituales puede hacer es proveer dirección, no respuestas específicas. Si una persona obtiene las mejores puntuaciones en enseñanza, esto podría ayudar a ver que realmente se interesa por la Biblia y por compartirla con los demás. Sin embargo, este es un rasgo que todo creyente debe tener. Incluso cuando se compara con otros dones espirituales, ciertos dones pueden sobresalir sobre otros para mostrar fortalezas y debilidades que pueden ayudar a servir mejor al Señor. Esto puede ser una experiencia positiva, aunque la prueba tenga una utilidad limitada.

Una prueba de dones espirituales puede tener algún valor. Sin embargo, un enfoque más útil podría ser vivir como los primeros creyentes que oraban, aprendían de las enseñanzas de los apóstoles, pasaban tiempo juntos y buscaban suplir las necesidades. De esta forma, Dios reveló ciertos dones y llamados a cada persona. Por ejemplo, Bernabé vendió un campo que tenía para dar el dinero a la iglesia (Hechos 4:36-37). Luego se hizo conocido como un hijo de consolación y posteriormente ayudó a traer a Pablo a la iglesia como líder. Dios reveló sus dotes por la vida que vivió para Cristo.

Como algunos han dicho, si queremos saber de qué manera Dios nos ha concedido dones, deberíamos pasar más tiempo con Aquel que los concede. La madurez espiritual nos ayudará a saber cómo podemos servir al Señor mucho mejor por encima de cualquier evaluación. A medida que sirvamos al Señor en la congregación con otros creyentes, Dios nos aclarará cuál es Su llamado particular para nuestras vidas.