¿Es importante servir a Dios?

Sí, servir a Dios es importante; es nuestra respuesta a Él.

Dios no nos creó con el propósito de servirle, como afirmó Pablo cuando habló de Dios a los griegos en Atenas cuando dijo: "ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo" (Hechos 17:25). Dios nos creó porque quiso. En Apocalipsis 4:11, los 24 ancianos se postraron ante Dios y dijeron: "Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas".

Nuestro agradecimiento por habernos creado debería ser el de servirle. Además, servirle a Él significa servir a los demás. En lo que comúnmente se llama el Discurso del Aposento Alto, Jesús usó Su ejemplo de lavar los pies de Sus discípulos para mostrar que debemos comprometernos con el servicio a los demás. Dijo: "Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis" (Juan 13:14-17). Jesús estaba diciendo a Sus discípulos que el servicio es importante para Dios. En otra parte, Jesús afirmó que el orden de importancia en el reino de Dios no es el mismo que el hombre cree. Dijo, en Marcos 9:35, "...Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos". El servicio es importante para Dios, así que debería ser importante para nosotros.

Cuando Dios dispuso Su iglesia, nos dio dones, no para nuestro propio beneficio, sino para la edificación de la iglesia. Pablo, al enseñar a los corintios sobre los dones espirituales, escribió: "Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho" (1 Corintios 12:7). Pedro enfatizó esto en 1 Pedro 4:10-11, "Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén". Dios no sólo nos ha creado porque ha querido, sino que nos ha equipado para avanzar de acuerdo a Sus normas. Lo que Él desea no es mejorar nuestra propia condición, sino que debemos esforzarnos por mejorar la de los demás.

Así que esto nos lleva a preguntarnos cómo servir a Dios se traduce en servir a otras personas. Si vamos a servir a Dios, debemos conocer y seguir Sus normas. El estándar de grandeza de Dios no es el mismo que el nuestro. Su estándar, el del amor, pone a los demás en primer lugar (1 Corintios 13), así que debemos poner a los demás en primer lugar para seguir Sus estándares. Si servimos a Dios, serviremos a otras personas.