¿Puede el hombre vivir sin Dios?
Esta es una pregunta compleja donde hay mucho que analizar a niveles más profundos. ¿Qué significa "vivir"? ¿Solo existir o para encontrar un gran significado en la existencia de uno? ¿Para inhalar y exhalar, para que nuestro corazón emita sus latidos, para pensar con nuestra mente? ¿O es para vivir algo más profundo y más espiritual? ¿Y qué significa "sin Dios"? ¿Que Él no existe en absoluto, o que Él no es parte integral de la vida? Los científicos definen el concepto de la "vida" a través de varios factores: existencia, crecimiento, capacidad de responder a los estímulos, auto-mantenimiento y la capacidad de reproducirse. De acuerdo con estos criterios, ¿necesitamos a Dios para vivir? Superficialmente, la pregunta es simple: ¿podría la vida (plantas, insectos, humanos) haber surgido sin la influencia de una fuerza consciente, externa y no física? Por supuesto, esta pregunta se ha discutido durante siglos, alternando ambos lados entre exaltar su punto de vista y condenar al otro. Esas discusiones se pueden encontrar en otros lugares. Según la Biblia, Dios es la causa de todos los aspectos de la vida. Juan 1: 3 explica que Dios nos hizo existir: "Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir." (ver también Génesis 1, Salmo 139: 13). También, 1 Corintios 15: 42-49 promete vida completa e imperecedera en el futuro. Colosenses 1:17 dice que Dios mantiene la creación: " Él es anterior a todas las cosas, que por medio de él forman un todo coherente. ". El Salmo 104 describe vívidamente cómo Dios mantiene la vida en la tierra y la hace crecer (véase también Génesis 1: 29-30, Salmo 41: 3, 65:10, 92:12; Mateo 5:45). Dios le dio a la humanidad la capacidad y la responsabilidad de responder a los estímulos en Génesis 1:28: "... llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los reptiles que se arrastran por el suelo." Y no solo nos encargó reproducirnos (Génesis 1: 28a), Él controla nuestra fertilidad (Génesis 20:18, 29:31, 30:22, 1 Samuel 1: 5-6).
Entonces, según la Biblia, Dios está claramente involucrado en todos los aspectos de la vida. Pero la mayoría de la gente considera que la vida es más que una condición fisiológicamente animada. Quieren algo más intangible, espiritual, como propósito y una conexión con los demás que se encuentre fuera de ellos mismos. La Biblia enseña que solo Dios provee vida espiritual (Juan 3:16). En Juan 10:10, Jesús dice: "... yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia ". 2 Corintios 3:18 promete que creceremos en esta vida: " Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu. " Jesús promete que Él mantendrá esta vida espiritual en nosotros: " Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. " (Juan 10:28). Su empoderamiento nos permite responder espiritualmente (Gálatas 5: 22-23). Y nos da el poder (Juan 20: 21-22) y la autoridad (Mateo 28: 19-20) para reproducir esta vida espiritual. Dios es necesario para la vida espiritual. Juan 1: 4 dice de Jesús: " En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad." La vida plena y significativa solo se encuentra en Jesús.
No podemos influir sobre si Dios es necesario para la vida física: Él existe o no; Él está directamente involucrado, o no lo está. Pero muchos sí intentan encontrar vida espiritual sin Dios; de hecho, el hombre más sabio de la historia lo intentó. Sin el poder del Espíritu Santo, tuvo que tratar de encontrar un significado espiritual en las cosas físicas. Salomón no podía crearse a sí mismo, no podía traerse a sí mismo a la existencia, pero fácilmente podía ver cuán fuera de su control estaba la existencia misma. Eclesiastés 3:19 dice: " Los hombres terminan igual que los animales; el destino de ambos es el mismo, pues unos y otros mueren por igual, y el aliento de vida es el mismo para todos, así que el hombre no es superior a los animales. Realmente, todo es absurdo". Eclesiastés 2: 3-10 describe cómo Salomón trató de crecer multiplicando lo que él pensaba que era la vida: las riquezas, la comida, los placeres, incluso la belleza de la naturaleza. Pero en el versículo 11, él dice: " Aborrecí entonces la vida, pues todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante. Realmente, todo es absurdo; ¡es correr tras el viento! " Salomón descubrió que sí podía responder espiritualmente a esta vida espiritual, pero no era el tipo de respuesta que cualquiera de nosotros encontraría atractiva: " Aborrecí entonces la vida, pues todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante. Realmente, todo es absurdo; ¡es correr tras el viento! "(Eclesiastés 2:17). Salomón tenía mucho que decir sobre el trabajo: el vehículo por medio del cual mantenemos nuestras vidas. En Eclesiastés 2: 22-23 dice: Pues, ¿qué gana el hombre con todos sus esfuerzos y con tanto preocuparse y afanarse bajo el sol? Todos sus días están plagados de sufrimientos y tareas frustrantes, y ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y también esto es absurdo! ". También buscó mantener su vida espiritual a través de la sabiduría (Eclesiastés 2:16), pero rápidamente se dio cuenta de que incluso la sabiduría no garantiza una existencia plena. Finalmente, descubrió que la reproducción sin Dios se siente más como el ser robado que dejar una parte de uno mismo para la posteridad. Eclesiastés 2:21 dice: “pues hay quienes ponen a trabajar su sabiduría y sus conocimientos y experiencia, para luego entregarle todos sus bienes a quien jamás movió un dedo. ¡Y también esto es absurdo, y un mal enorme! ".
Salomón resume sus hallazgos en Eclesiastés 2: 24-25: " Nada hay mejor para el hombre que comer y beber, y llegar a disfrutar de sus afanes. He visto que también esto proviene de Dios, porque ¿quién puede comer y alegrarse, si no es por Dios?”. El hombre más sabio que haya existido descubrió que las cosas más simples de la vida (comer, beber y trabajar) son beneficiosas solo si incluimos a Dios.
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