¿Qué es la opresión demoníaca?

En resumen:

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

La opresión demoníaca, o más propiamente la demonización, tal como se describe en la Biblia, es un problema real y multifacético. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento confirman la existencia y la actividad de los demonios, con casos que van desde la posesión severa hasta formas más sutiles de influencia. La demonización grave, como la del hombre con la legión de demonios, representa casos extremos en los que el individuo parece estar dominado por fuerzas demoníacas. Las formas menores, como la sutil influencia sobre Ananías y Safira, pueden ser menos manifiestas pero no por ello menos dañinas. A pesar de la realidad de la opresión demoníaca, las Escrituras enfatizan que Jesús tiene la máxima autoridad sobre los demonios, habiéndolos derrotado y desarmado su poder (Colosenses 2:15). Los cristianos tienen la seguridad de Su protección y autoridad en Cristo, que los capacita para mantenerse firmes contra las fuerzas demoníacas mediante la armadura espiritual y un enfoque centrado en Cristo (Efesios 6:11-12).

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Necesitas comprender tu protección en Cristo. Pablo escribe: “Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales” (Efesios 6:11-12). Aunque la Biblia confirma la verdad de que los demonios pueden afligir a la humanidad, también habla del hecho de que estás seguro en Cristo y no necesitas ser derrotado por los demonios. La mentalidad apropiada para la victoria es estar centrado en Cristo, que es algo bien explicado por A. W. Tozer en su libro Nacido después de medianoche: “La manera bíblica de ver las cosas es poner al Señor siempre delante de nosotros, poner a Cristo en el centro de nuestra visión, y si Satanás está al acecho aparecerá solo en el margen y será visto como una sombra en el borde del brillo. Siempre es un error invertir esto, poner a Satanás en el centro de nuestra visión y dejar a Dios al margen. La mejor manera de mantener al enemigo fuera es mantener a Cristo dentro... Satanás no teme a las ovejas que oran, sino a la presencia del Pastor”.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA