¿Por qué es importante proteger el corazón?

En resumen:

Nuestros corazones son los guardianes de nuestras vidas. Cuando protegemos nuestros corazones, protegemos nuestras vidas: nuestras creencias, actitudes, pensamientos y acciones.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Guardar tu corazón es esencial porque influye en cada parte de tu vida, incluyendo tus creencias, actitudes, pensamientos y acciones. La Biblia subraya la importancia de buscar a Dios con todo el corazón y vigilarlo para evitar el orgullo y el endurecimiento espiritual. Se nos anima a guardar nuestro corazón rodeándonos de relaciones edificantes y sometiendo nuestros pensamientos a Cristo. Un corazón endurecido puede llevar al engaño y a la desobediencia, por lo que es crucial mantener una estrecha relación con Dios a través de la oración, la adoración y el estudio de Su Palabra. En última instancia, guardar tu corazón te permite vivir en obediencia, paz y perdón, permitiendo que la verdad de Dios transforme tu vida.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Guardamos nuestros corazones para estar atentos a la verdad de Dios, para no endurecer nuestros corazones y para no dejar que el pecado nos descarríe. Una manera primordial de guardar nuestros corazones es estudiando la Palabra de Dios y manteniendo comunión con Él a través de la oración y la adoración. Fundamentándonos en la verdad de Dios y en una estrecha relación con Él, nuestros corazones viven por el poder del Espíritu. Si no guardamos nuestro corazón, estaremos expuestos a influencias externas negativas, pensamientos, o fuerzas que buscan llevarnos por mal camino. Seremos formados por nuestras emociones o la carne. Estos pueden llevar a [consecuencias negativas], el más grande es que nuestros corazones pueden endurecerse a la dirección del Señor. Cuando buscamos al Señor con todo nuestro corazón y alma, [entregamos nuestro] corazón al Señor. Un corazón así implica obediencia (1 Juan 2:3-6), paz: "Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, Porque en Ti confía." (Isaías 26:3); (Proverbios 3:5-6) y liberación: perdonar a los demás como hemos sido perdonados (Colosenses 3:13). Cuando guardamos nuestros corazones, estamos facultados para ser hacedores de la Palabra, no sólo oidores. En última instancia, el estado de nuestro corazón determina las acciones.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA