¿Cómo puedo glorificar a Dios en todo?

En resumen:

Podemos glorificar a Dios reflejándolo en nuestros pensamientos, nuestras acciones, nuestros cuerpos físicos y nuestra relación espiritual con Él. Glorificar a Dios significa vivir para Él en lugar de para uno mismo y revelarlo a un mundo que lo necesita desesperadamente.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Hay diferentes maneras de glorificar a Dios en nuestra vida diaria. Podemos meditar en Su palabra (Salmo 1; 119:11; Mateo 4:1-11), abandonar los deseos carnales y perversos (Lucas 9:23), ofrecernos a Dios como "sacrificios vivos" (Romanos 12:1-2), y reservar y preparar nuestros cuerpos físicos como instrumentos para los propósitos de Dios (1 Corintios 6:19-20; 1 Corintios 9:26-27). Al nacer de nuevo espiritualmente, nuestro espíritu se renueva y podemos buscar la gloria de Dios en nuestras actividades cotidianas (1 Corintios 10:31) y vivir los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23). También podemos glorificar a Dios mediante pensamientos que lo honren (Filipenses 4:8) y nuestro trabajo diario (Colosenses 3:23). En última instancia, no podemos atribuirnos el mérito de nada bueno; toda la gloria pertenece a Dios (Apocalipsis 4:11).

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Cada persona se compone de tres partes: un espíritu, un alma y un cuerpo. A medida que conocemos al Señor, debemos glorificarlo cada vez más en todas las áreas de nuestra vida. Le damos gloria al ser como Él, reflejándolo ante los demás, ya que fuimos creados a Su imagen (Génesis 1:27; Colosenses 3:10; Efesios 4:24). Debemos glorificar audazmente a Dios a través de nuestros deseos y acciones. Debemos ser una luz en el mundo, como dice Mateo 5:16: "»Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.". En todas las facetas de nuestra vida, debemos honrar y glorificar al Señor.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA