¿Cómo concede Dios los dones espirituales? ¿Me dará Dios los dones que le pida?

En resumen:

Dios concede dones espirituales a los creyentes de acuerdo a Su soberana voluntad y perfecto plan, diseñados para reflejar Su carácter y beneficiar a otros. Si bien podemos desear ciertos dones para cumplir los propósitos de Dios, nuestro enfoque debe ser servir con amor y usar fielmente los dones que Él ya nos ha confiado.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Dios otorga a los creyentes dones espirituales por medio del Espíritu Santo, de acuerdo con Su voluntad soberana y Su plan perfecto (1 Corintios 12:11, 18). Él otorga estos dones para reflejar Su carácter, equipar a los creyentes para el ministerio y edificar el cuerpo de Cristo (Efesios 4:11-13). Aunque se anima a los creyentes a desear dones que beneficien a la iglesia, todos los dones deben utilizarse con amor para glorificar a Dios y servir a los demás (1 Corintios 12:31, 13:1-3). Aunque 1 Corintios 12:31 nos dice que deseemos los dones que mejor reflejen a Dios y sirvan al bien de los demás, no debemos envidiar los dones de los demás. Comparar dones conduce a distracciones, pero reconocer y utilizar fielmente nuestros dones únicos nos ayuda a servir eficazmente y a edificar el cuerpo de Cristo (1 Corintios 12:14-27). Dios nos prepara para Sus propósitos, equipándonos antes de que naciéramos y guiándonos para servirle en amor y obediencia (Jeremías 1:5, Salmo 139, Efesios 2:10).

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Estamos llamados a crecer en el amor y a servir según la voluntad de Dios con las habilidades que Él nos ha dado. No debemos comparar nuestros dones o habilidades con los de los demás porque Dios ha dado cada don para un propósito específico. Compararnos con los demás puede llevarnos a la envidia, el orgullo o el desánimo, que nos distraen de la llamada que Dios ha puesto en nuestras vidas. Por el contrario, estamos llamados a reconocer que cada don, no importa cuán visible o entre bastidores pueda parecer, desempeña un papel vital en el reino de Dios. Nuestra atención debe centrarse en el uso de las habilidades que Él nos ha dado para servir fielmente y traer gloria a Él y a la edificación de los demás, especialmente en el cuerpo de Cristo. Al reconocer nuestro don espiritual único, podemos confiar en Él para su uso y resultado (1 Corintios 12:14-27).

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA