¿Qué quería decir Jesús cuando hablaba de atar y desatar?

En resumen:

A Pedro no se le dio autoridad para admitir a la gente en el reino de Dios o para elegir lo que quería permitir y lo que no. Más bien, Jesús dio autoridad a Pedro y a los demás apóstoles para interpretar correctamente el mensaje de Dios y compartirlo con los demás.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Cuando Jesús habló de “atar y desatar”, dio a Pedro y a los apóstoles la autoridad para interpretar y aplicar correctamente la voluntad de Dios, no para crear sus propias leyes. Esta autoridad estaba simbolizada por las “llaves del reino de los cielos”, lo que significaba que estaban facultados para abrir o cerrar el acceso al reino de Dios basándose en el mensaje del Evangelio (Mateo 16:19). Las palabras de Jesús significaban que lo que Pedro y los apóstoles declaraban en la tierra con respecto a la voluntad de Dios ya había sido determinado en el cielo. Esta autoridad no correspondía únicamente a Pedro, sino a todos los creyentes, ya que forman parte de la Gran Comisión de difundir el Evangelio. En definitiva, atar y desatar reflejaba el papel de los apóstoles en el establecimiento y la interpretación del reino de Dios a través de las enseñanzas de Jesús.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

La autoridad para atar y desatar, tal como la describió Jesús, nos recuerda hoy que se nos ha confiado la responsabilidad de interpretar y compartir la verdad de Dios con precisión. Esta responsabilidad no nos da el poder de hacer nuestras propias reglas, sino que nos llama a alinear nuestras acciones y enseñanzas con la voluntad de Dios, revelada a través de Jesús y las Escrituras. Como creyentes, formamos parte de la misión más amplia de difundir el Evangelio y acoger a otros en el reino de Dios. Esto nos llama a compartir el mensaje de salvación de Dios con claridad, comprendiendo que nuestras acciones reflejan lo que ya ha sido establecido en el cielo. En nuestras propias vidas, esto significa vivir de acuerdo con la verdad de Dios. Al hacerlo, somos instrumentos de Su reino y ayudamos a otros a experimentar la libertad que se encuentra en Cristo.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA