¿Quién o qué es el ángel del Señor en la Biblia?

En resumen:

El “ángel del Señor” en la Biblia es a menudo interpretado como el Cristo preencarnado. La presencia de Cristo aún está con Su pueblo, guiándonos, proveyéndonos y dándonos poder para vivir para Él.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Ha habido mucho debate sobre la identidad del “ángel del Señor” en la Biblia. A veces, la Escritura se refiere a “ángeles del Señor” o “un ángel del Señor”. Sin embargo, en otras ocasiones, “el ángel del Señor” habla como Dios mismo. Estas apariciones son una cristofanía (una aparición preencarnada de Cristo) o una teofanía (una aparición de Dios en forma visible). Cuando el ángel del Señor aparece, habla como Dios, se identifica como Dios y tiene las mismas responsabilidades que Dios. Entre los pasajes en los que este es el caso se incluyen Génesis 16:7-12, 22:11-18, Éxodo 3:2 y Jueces 6:11-24. En algunas de estas apariciones, los presentes afirmaron haber visto al Señor. Curiosamente, el término “el ángel del Señor” ya no aparece después de que Jesús viniera a la tierra en forma humana. Él todavía está con nosotros, guiándonos, proveyéndonos y dándonos poder para vivir para Él hoy.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Las apariciones del ángel del Señor a lo largo de la Biblia nos revelan que la intervención divina, la guía y la protección de Dios siguen estando a nuestra disposición hoy. Reconocemos que, así como el ángel del Señor desempeñó un papel fundamental para guiar a las personas en la Biblia, Dios sigue ofreciendo guía y apoyo en nuestras vidas. Él nos busca y nos guía (Proverbios 3:5-6), llamándonos a encontrar la vida en Él (Juan 10:10). Al reconocer Su soberanía, recordamos nuestra profunda dependencia de Él, y al conocer Su corazón y Sus deseos para nosotros, anhelamos Su presencia y sabiduría. Nuestras soluciones son limitadas en comparación con Su infinita sabiduría. Leer sobre el ángel del Señor nos recuerda que debemos confiar en los planes de Dios incluso cuando nos enfrentamos a la incertidumbre, permanecer firmes en la fe, buscar la dirección de Dios y reconocer que Él participa activamente en nuestras vidas, satisfaciendo nuestras necesidades y dirigiendo nuestros caminos.

COMPRENDE

REFLEXIONA

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