¿Adónde vas cuando mueres?

En resumen:

Hay dos lugares a los que vamos cuando morimos: el cielo o el infierno. Nuestra elección de hoy ante la oferta de salvación de Cristo determina nuestro destino eterno después de la muerte.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Existen dos destinos cuando morimos: el cielo o el infierno. La Biblia enseña que nuestro destino eterno depende de nuestra respuesta ante Jesucristo. Debido a que todos somos pecadores por naturaleza y por elección, estamos destinados al infierno al morir. Sin embargo, Dios nos ama tanto que envió a Jesús a morir en nuestro lugar para que todos los que creen en Su muerte y resurrección para el perdón de los pecados sean salvos. La fe en Jesucristo cambia nuestro destino eterno del infierno al cielo. Nuestra elección de hoy determina a dónde iremos después de la muerte por la eternidad.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Cuando morimos, seguimos existiendo: con Dios o sin Él. Nuestro destino es paralelo a nuestra elección en la tierra: con Él o sin Él. Si aún te preguntas cómo vivir con Él hoy y para siempre, esto es lo que debes hacer: simplemente dile en oración que estás de acuerdo con la separación de Él que tu pecado ha causado (“He pecado y he hecho elecciones que me separan de Ti, Dios”). Dile que crees y aceptas el sacrificio que Jesús hizo en tu lugar (“Jesús tomó mi lugar, y Su muerte debería haber sido la mía”). Acéptalo como tu salvación (“Confío en Jesús para mi salvación y creo en Su resurrección con fe”). Pídele ayuda para vivir una vida de agradecimiento a Él por todo esto y para vivir una vida agradable a Él (“Dios, gracias por abrirme el camino para pasar la eternidad contigo. Quiero vivir de una manera que te agrade. Ayúdame a hacerlo”). ¿Has tomado una decisión por Cristo debido a lo que has leído aquí? Si es así, haz clic en el botón “Hoy he aceptado a Cristo” que aparece a continuación.

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA