Satanás no puede leer la mente, pero conoce y comprende muy bien el comportamiento humano. Solo Dios conoce nuestros pensamientos y corazones, y nos da el poder para vencer los ataques, mentiras y tentaciones de Satanás.
Satanás no puede leer la mente ni acceder a todos los pensamientos humanos, ya que solo Dios posee este conocimiento divino (1 Reyes 8:39). Aunque Satanás y los demonios pueden observar e inferir a partir de nuestros comportamientos, carecen de la capacidad de conocer plenamente nuestros corazones y mentes, como se ve en Job 1:7, donde Satanás informa de sus observaciones en lugar de demostrar la capacidad de leer la mente. El Nuevo Testamento muestra que Satanás, aunque es consciente de algunas tentaciones (Mateo 4:1-11), tiene un conocimiento limitado y, en última instancia, es derrotado mediante el poder del Espíritu Santo (Efesios 6:11). Los cristianos estamos llamados a resistir la tentación confiando en el poder superior de Dios, sabiendo que solo Él conoce nuestros corazones y nos proporciona la fuerza para vencer (1 Juan 3:20).
Aunque el poder de Satanás es limitado, sigue siendo poderoso. Por eso la Biblia nos llama a resistir al diablo (Santiago 4:7). Derrotar a Satanás no es tarea fácil, sino una batalla espiritual. En lugar de pretender que la tentación no es real y que los trucos de Satanás no tienen influencia, debemos admitir nuestro poder limitado, sin el Espíritu Santo, para resistir la tentación y vencer el mal. Por ejemplo, Adán y Eva experimentaron regularmente la presencia de Dios en el Jardín del Edén. Sin embargo, escucharon la tentación de Satanás y pecaron como resultado. Nuestra experiencia es similar. Como cristianos, tenemos la presencia de Dios en nuestras vidas, pero la tentación sigue siendo muy real. Debemos continuar viviendo en estrecha comunión con el Señor y reconocer cuando la tentación busca apartarnos de los caminos de Dios. El diablo es un mentiroso y el padre de la mentira (Juan 8:44). Para vencer sus ataques, debemos estar conscientes del poder de Satanás, y usar el poder de Dios y confiar en Su Palabra. Satanás es poderoso, pero no en comparación con el poder de Dios. El creyente que vive según el Espíritu de Dios puede resistir los ataques de Satanás y vencer la tentación, sabiendo que Satanás no conoce nuestros pensamientos. Pero Dios sí, e incluso conoce la verdadera intención de nuestros corazones (Proverbios 21:12; 1 Samuel 16:7; Jeremías 17:10). Primera de Juan 3:20 nos recuerda que “en cualquier cosa que nuestro corazón nos condene, porque Dios es mayor que nuestro corazón y Él sabe todas las cosas”. Solo Él puede ayudarnos a resistir la tentación y la devastación del pecado.