¿Quién era Santiago, hijo de Alfeo, en la Biblia?

En resumen:

Santiago, hijo de Alfeo, fue discípulo de Jesús, aunque no se menciona mucho sobre él. Santiago, hijo de Alfeo, nos muestra que seguimos a Jesús no por el reconocimiento, sino por la recompensa de conocerlo.

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Santiago, hijo de Alfeo, es uno de los discípulos de Jesús menos conocidos que se mencionan en el Nuevo Testamento. Su nombre aparece en las listas de discípulos de Jesús, pero no se describe mucho más sobre él en las Escrituras. También se le conoce como Santiago el Menor, posiblemente para distinguirlo de otros individuos llamados Santiago. Los eruditos han propuesto teorías sobre su identidad, incluida la posibilidad de que estuviera emparentado con Mateo, el recaudador de impuestos. A pesar de la falta de información detallada, Santiago, hijo de Alfeo, fue sin duda un fiel seguidor de Cristo y un líder de la Iglesia primitiva. Su vida nos recuerda que la fidelidad a Jesús es importante, independientemente del reconocimiento o la prominencia terrenales.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

Independientemente de quiénes fueran sus verdaderos familiares, podemos concluir que Santiago, hijo de Alfeo, fue un fiel servidor de Cristo. Es tan apóstol como los que ocupan un lugar más destacado en la narración bíblica, como Pedro o Juan. Santiago, hijo de Alfeo, fue testigo de los años de ministerio de Jesús en la tierra y de su resurrección. Recibió el poder del Espíritu Santo y se convirtió en líder de la Iglesia primitiva, junto a los demás apóstoles. La tradición dice que Santiago, hijo de Alfeo, evangelizó en Persia (actual Irán) y fue martirizado allí. Santiago, hijo de Alfeo, nos anima a creer que nuestra fe en Jesucristo y nuestra obediencia a Él son importantes, tanto si son vistas por muchos como por pocos. Aunque sabemos relativamente poco de él, Santiago, hijo de Alfeo, es conocido plenamente por Dios y será honrado junto a los demás apóstoles (Mateo 19:28; Apocalipsis 21:14). Santiago el Menor no era en modo alguno menor en la estimación de Dios. Lo mismo ocurre con todos los que siguen fielmente a Dios en lo que Él les da. La notoriedad terrenal tiene poco valor en el reino de Dios; sino más bien el seguirle fielmente y vivir para Su gloria gracias a la gracia que se nos ha concedido por la fe en Jesús (Efesios 2:8-10; 1 Corintios 3:5-15; 12:4-27).

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA