¿Qué ocurrió en el segundo viaje misionero de Pablo?
En resumen:
El segundo viaje misionero de Pablo revela la perseverancia en medio de las dificultades, tanto personales como circunstanciales. Este viaje nos enseña valiosas lecciones sobre cómo seguir la guía del Espíritu Santo, la unidad, la resistencia y la evangelización eficaz.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
El segundo viaje misionero de Pablo, documentado en Hechos 15:36-18:22, comenzó con un desacuerdo entre Pablo y Bernabé sobre si debían llevar consigo a Juan Marcos. Bernabé se llevó a Marcos a Chipre, mientras que Pablo eligió a Silas como compañero. En Filipos, una mujer llamada Lidia abrió su casa al Evangelio y, más tarde, Pablo y Silas fueron encarcelados, pero presenciaron una liberación milagrosa. En Tesalónica y Berea, Pablo encontró oposición, pero también creyentes. En Atenas, adaptó su mensaje a la cultura local y, en Corinto, se centró en los gentiles tras la oposición judía. En todo momento, Pablo, Silas y Timoteo siguieron la guía del Espíritu Santo. Las lecciones de este viaje incluyen el manejo de los desacuerdos, la adaptación a diferentes culturas al compartir el evangelio, la importancia de la perseverancia en las dificultades y el valor de las mujeres en el ministerio.
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
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El segundo viaje misionero de Pablo solo se recoge en el Nuevo Testamento.
DEL NUEVO TESTAMENTO
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El segundo viaje misionero de Pablo se registra en Hechos 15:36-18:22.
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Uno o dos años después de que Pablo y Bernabé terminaran su primer viaje misionero, Pablo sugirió que volvieran a visitar las iglesias que habían fundado. Surgió un desacuerdo sobre si Juan Marcos, quien los había abandonado en el primer viaje, debía unirse a ellos. Finalmente, Bernabé decidió llevar a Juan Marcos a Chipre, mientras que Pablo llevó a Silas a la actual Turquía (Hechos 15:36-41).
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Pablo y Silas recogieron en Listra a Timoteo, un creyente joven pero de buena reputación. Pablo decidió circuncidar a Timoteo, hijo de un griego y una judía, para ganarse la confianza y el respeto de los judíos de la zona. Los tres hombres continuaron fortaleciendo la fe en aquellas iglesias, y el número de nuevos creyentes aumentaba cada día. Pablo, Silas y Timoteo deseaban entrar en la provincia de Asia para difundir el Evangelio, pero el Espíritu Santo se lo impidió. Finalmente, en Troas, Pablo recibió la visión de un hombre que les pedía que fueran a Macedonia (la actual Grecia) (Hechos 16:1-10).
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Pablo, Silas y Timoteo, ahora acompañados por Lucas, navegaron desde Troas a Grecia y se dirigieron a Filipos.
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Lidia, una rica comerciante, abrió su corazón al Evangelio, y su casa se convirtió en el lugar de reunión de la iglesia de Filipos (Hechos 16:11-15).
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Más tarde, Pablo expulsó un demonio de una esclava, cuyo dueño llevó a Pablo y a Silas ante los magistrados de la ciudad por lo que habían hecho. Pablo y Silas fueron golpeados y encarcelados, pero siguieron alabando a Dios desde su celda. Aquella noche, Dios provocó un terremoto que liberó a todos los presos, pero ninguno huyó. Como los presos se quedaron, Pablo pudo compartir el Evangelio con el carcelero, quien creyó y se bautizó. Por la mañana, los magistrados liberaron a Pablo y a Silas, pero Pablo se negó a salir sin una disculpa pública por la forma en que habían violado sus derechos como ciudadanos romanos (Hechos 16:16-40).
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Tras este incidente, Pablo, Silas y Timoteo viajaron a Tesalónica con el apoyo económico de la nueva iglesia de Filipos (Hechos 17:1).
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Pablo predicó en la sinagoga de Tesalónica, y algunos judíos creyeron, así como muchos griegos, incluyendo algunas de las mujeres más prominentes. Desafortunadamente, los judíos no creyentes formaron una turba violenta, por lo que Pablo y Silas tuvieron que escapar de noche a Berea (Hechos 17:1-10). Primera a los Tesalonicenses 3:2-6 relata cómo Timoteo pasó un tiempo en Tesalónica para establecer y animar a los nuevos creyentes en su fe y cómo más tarde le dio a Pablo un informe alentador sobre el estado de su caminar con Dios.
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En Berea, Pablo volvió a compartir el Evangelio en la sinagoga. Los de Berea escucharon las enseñanzas de Pablo y examinaron cuidadosamente las Escrituras para determinar si eran verdaderas. Así, muchos en Berea creyeron el mensaje del Evangelio. Lamentablemente, los judíos no creyentes de Tesalónica llegaron a Berea para causar problemas, por lo que Pablo fue enviado solo a Atenas, mientras que Timoteo y Silas se quedaron (Hechos 17:10-15).
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Cuando Pablo llegó a Atenas, predicó tanto en la sinagoga como en la plaza pública. Utilizó referencias a su altar al “DIOS NO CONOCIDO” y citó al poeta griego Arato para atraer a los atenienses. Algunos de ellos creyeron, otros se burlaron y otros solo parecían interesados en el estímulo intelectual, por lo que Pablo continuó hacia Corinto (Hechos 17:16-34). Primera a los Corintios 2:3 revela que Pablo llegó a Corinto “con debilidad, y con temor y mucho temblor” tras las repetidas persecuciones que había sufrido.
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En Corinto, Pablo conoció a unos compañeros judíos y fabricantes de tiendas, Aquila y Priscila, y decidió quedarse a trabajar con ellos (Hechos 18:1-3).
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Pablo comenzó su ministerio de año y medio en Corinto enseñando en la sinagoga, y pronto se le unieron Silas y Timoteo. Desafortunadamente, los judíos de Corinto se opusieron a Pablo y lo insultaron, por lo que se dirigió a los gentiles. Muchos gentiles corintios creyeron y se bautizaron (Hechos 18:4-8).
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Durante su estancia en Corinto, Pablo también escribió 1 y 2 Tesalonicenses para animar a los creyentes de Tesalónica en medio de la persecución que sufrían y para enseñarles a vivir correctamente.
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Pablo recibió otra visión de Dios que lo animaba a seguir predicando el Evangelio a pesar de las dificultades. Después de esta visión, los judíos llevaron a Pablo ante Galión, el procónsul, argumentando que estaba enseñando un culto contrario a la Ley. Galión se negó a escuchar el caso, y Pablo no tuvo que decir ni una palabra en su propia defensa (Hechos 18:9-17). Así pues, Pablo continuó en Corinto “muchos días más” (Hechos 18:18).
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Cuando llegó el momento de regresar a Antioquía de Siria, Pablo se cortó primero el pelo en Cencreas, cumpliendo así un voto que había hecho. Priscila y Aquila lo acompañaron en su viaje a Éfeso, donde compartieron el Evangelio. Los efesios deseaban que Pablo se quedara, pero él se negó, con la esperanza de volver más adelante. Priscila y Aquila se establecieron en Éfeso mientras Pablo navegaba hacia Cesarea.
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Pablo visitó la iglesia de Jerusalén antes de regresar a su iglesia de origen en Antioquía de Siria. Allí compartió la obra que Dios había realizado durante los dos o tres años que estuvo fuera (Hechos 18:18-22).
IMPLICACIONES PARA HOY
Los creyentes pueden aprender varias cosas del segundo viaje misionero de Pablo. Vemos que Dios puede traer buenos resultados incluso de “un desacuerdo tan grande” (Hechos 15:39); Bernabé y Pablo se separaron y tomaron direcciones diferentes, lo que significó que el Evangelio se compartió en más lugares. Pablo decidió circuncidar a Timoteo en Listra, a pesar de que la circuncisión no es un requisito para la salvación. A través de ese acto, Pablo ejemplifica la importancia de mostrar respeto a la comunidad con la que se intenta compartir el Evangelio. Pablo, Silas y Timoteo escucharon al Espíritu Santo y solo fueron a donde Él les permitió, dándonos el ejemplo de depender de la dirección de Dios en nuestras vidas. Lidia y Priscila fueron mujeres que jugaron un papel vital en el crecimiento de la iglesia, mostrando que Dios valora a las mujeres y desea que ayuden en el crecimiento de Su reino. Pablo y Silas continuaron alabando a Dios incluso desde su celda en la cárcel de Filipos, y Dios los liberó con un terremoto. Estos acontecimientos demuestran que es posible alabar a Dios incluso en tiempos difíciles y que Él honra ese “sacrificio de alabanza” (Hebreos 13:15). El ejemplo de los de Berea nos muestra la importancia de examinar las Escrituras para discernir si una enseñanza es verdadera. El uso de referencias culturalmente relevantes por parte de Pablo en Atenas muestra la importancia de conocer a nuestra audiencia. La visión alentadora que Pablo recibió en Corinto muestra cuán compasivo es nuestro Dios para dar aliento en el momento justo. Y, por último, el regreso de Pablo a Antioquía muestra la importancia de seguir dando testimonio de la obra de Dios a quienes han estado orando y apoyándonos.
COMPRENDE
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Durante el segundo viaje misionero, Pablo y Bernabé discreparon sobre Juan Marcos; se separaron, y Bernabé se llevó a Marcos a Chipre mientras que Pablo eligió a Silas.
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Guiados por el Espíritu Santo, Pablo, Silas y Timoteo fueron a Macedonia, donde difundieron el Evangelio.
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A pesar de los desafíos, el ministerio de Pablo llevó al establecimiento de iglesias, incluida la de Filipos, y a la conversión de muchos, tanto judíos como gentiles.
REFLEXIONA
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¿Qué puedes aprender del desacuerdo de Pablo y Bernabé sobre Juan Marcos?
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¿De qué manera demuestras perseverancia ante las dificultades o la oposición en tu vida?
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Cuando te enfrentas a desafíos, ¿cómo mantienes un espíritu de alabanza y confianza en Dios, como hicieron Pablo y Silas en Filipos?
PONLO EN PRÁCTICA
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¿Qué lecciones puedes aprender de los de Berea sobre el examen de las Escrituras para discernir la verdad en las enseñanzas?
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¿Cómo puedes aplicar a tus propios contextos el enfoque de Pablo de utilizar referencias culturalmente relevantes al compartir el Evangelio, como se vio en Atenas?
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¿Por qué es importante, como se muestra en el regreso de Pablo a Antioquía, dar testimonio de la obra de Dios en tu vida a quienes te apoyan? ¿Cómo fortalece esto a la comunidad y su fe?
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