¿Quién era Og, rey de Basán, en la Biblia?
En resumen:
Og, rey de Basán, era un gigantesco rey amorreo que fue derrotado milagrosamente por los israelitas. La victoria sobre el rey Og de Basán revela el poder de Dios para superar cualquier obstáculo.
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
El rey Og de Basán, un rey amorreo, fue derrotado por los israelitas cuando estos entraban en la Tierra Prometida. A pesar del miedo y las dudas iniciales de los espías israelitas sobre la fuerza de sus adversarios, Dios demostró Su poder al liberarlos de enemigos formidables como Og. A través del liderazgo de Moisés y Josué, los israelitas fueron testigos de victorias milagrosas sobre el rey Sehón y luego sobre el rey Og, consolidando la promesa de Dios de librar a Su pueblo de cualquier obstáculo. Este triunfo sobre Og sirve como un testimonio del amor y el poder inquebrantables de Dios, y resuena a lo largo de la historia como un recordatorio de Su fidelidad. Así como guio a los israelitas hacia la victoria, Dios está dispuesto a superar cualquier desafío para aquellos que confían en Su amor inquebrantable y caminan con fe obediente.
DEL ANTIGUO TESTAMENTO
-
Og era un rey amorreo que fue derrotado por los israelitas cuando entraban en la Tierra Prometida. Cuando los espías israelitas fueron enviados para evaluar la Tierra Prometida, su informe a su regreso fue que “No podemos subir contra ese pueblo, porque es más fuerte que nosotros… toda la gente que vimos en ella son hombres de gran estatura. Vimos allí también a los gigantes… Y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así parecíamos a sus ojos” (Números 13:31-33).
-
La cama del rey Og era de hierro y medía 13.5 pies de largo (4.1 metros) y 6 pies de ancho (1.8 metros), lo que llevó a muchos a suponer que era un hombre de gran tamaño (Deuteronomio 3:11). Deuteronomio 3:11 registra que era “él único que quedaba de los refaítas”, un pueblo conocido por ser gigantes feroces y guerreros. Este rey gigante que gobernaba sesenta ciudades fue probablemente una de las razones que hizo que los israelitas perdieran la fe en Dios. Esta falta de fe provocó que los israelitas fueran condenados a vagar por el desierto durante cuarenta años, hasta que aquella generación incrédula desapareció.
-
Con una nueva generación de israelitas, Moisés comenzó a guiarlos hacia la Tierra Prometida, donde Josué asumiría el liderazgo en su lugar. Dios le ordenó a Moisés que dirigiera al pueblo contra el rey Sehón de Hesbón, y los israelitas lo derrotaron y tomaron posesión de aquella tierra (Deuteronomio 2:24-33). Tras este éxito inicial, Moisés condujo a los israelitas a la tierra de Basán, bajo el dominio del rey Og. Dios le dijo a Moisés: “No le temas, porque en tu mano lo he entregado a él, y a todo su pueblo y su tierra; y harás con él tal como hiciste con Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón” (Deuteronomio 3:2). Dios cumplió Su promesa. Og y todo su pueblo fueron derrotados “hasta que no le quedó ningún sobreviviente” (Deuteronomio 3:3).
-
Estos dos reyes y sus territorios todavía estaban en el lado oriental del río Jordán. El territorio de Sehón fue asignado a las tribus israelitas de Rubén y Gad, mientras que el reino de Og fue heredado por la media tribu israelita de Manasés (Josué 13:15-31).
-
Al derrotar rápidamente a estos dos poderosos reyes, Dios demostró que nada es demasiado difícil para Él (Jeremías 32:17). Durante su discurso de despedida, Moisés utilizó la derrota de Sehón y Og para animar al pueblo. Dijo: “Cuando ustedes llegaron a este lugar, Sehón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron a nuestro encuentro para pelear, pero los derrotamos; y tomamos su tierra y la dimos en herencia a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés. Guardarán, pues, las palabras de este pacto y las cumplirán, para que prosperen en todo lo que hagan” (Deuteronomio 29:7-9). Y prometió: “El SEÑOR tu Dios pasará delante de ti. Él destruirá estas naciones delante de ti y las desalojarás… El SEÑOR hará con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra cuando los destruyó… Sean fuertes y valientes, no teman ni se acobarden ante ellos, porque el SEÑOR tu Dios es el que va contigo. No te dejará ni te desamparará” (Deuteronomio 31:3-6).
-
La derrota de Og, rey de Basán, se convirtió en un recordatorio del poder de Dios y de Su amor fiel a Su pueblo, por lo que se le menciona tanto en el Salmo 135 como en el Salmo 136. El Salmo 136:17-24 dice:
-
“Al que hirió a grandes reyes,
-
Porque para siempre es Su misericordia;
-
Y dio muerte a reyes poderosos,
-
Porque para siempre es Su misericordia;
-
A Sehón, rey de los amorreos,
-
Porque para siempre es Su misericordia;
-
Y a Og, rey de Basán,
-
Porque para siempre es Su misericordia;
-
Y dio la tierra de ellos en heredad,
-
Porque para siempre es Su misericordia;
-
En heredad a Israel Su siervo,
-
Porque para siempre es Su misericordia.
-
El que se acordó de nosotros en nuestra humillación,
-
Porque para siempre es Su misericordia;
-
Y nos rescató de nuestros adversarios,
-
Porque para siempre es Su misericordia”.
DEL NUEVO TESTAMENTO
-
Og, rey de Basán, no se menciona en el Nuevo Testamento.
IMPLICACIONES PARA HOY
La historia del rey Og de Basán sirve como una ilustración profunda del principio de que ningún obstáculo es demasiado grande para que Dios lo supere en nombre de Su pueblo cuando este camina en fiel obediencia. Cuando los espías israelitas evaluaron inicialmente la Tierra Prometida, estaban llenos de temor y duda, pues se percibían impotentes ante adversarios formidables como Og, cuya estatura y reputación infundían temor en sus corazones. Sin embargo, a pesar de su falta de fe inicial, Dios demostró Su poder y fidelidad al librar a los israelitas de las garras de enemigos aparentemente insuperables. A través del liderazgo de Moisés y más tarde de Josué, los israelitas fueron testigos de primera mano de la milagrosa derrota del rey Sehón y luego del rey Og, ambos poderosos gobernantes cuyos territorios se interponían en el camino del pueblo elegido de Dios. A pesar de la temible reputación de estos reyes y del intimidante tamaño de sus reinos, Dios cumplió Su promesa de entregarlos en manos de los israelitas. Esta victoria decisiva sobre Og se convirtió en un testimonio del amor y el poder inquebrantables de Dios, una narrativa de la que se hacen eco los salmos como recordatorio de Su fidelidad perdurable a lo largo de la historia. Del mismo modo que Dios guio y protegió a los israelitas en su viaje hacia la Tierra Prometida, también está dispuesto a superar cualquier obstáculo que se interponga en el camino de Su pueblo cuando este confía en Su amor inquebrantable y camina con fe obediente.
COMPRENDE
-
Og, un rey amorreo, fue derrotado por los israelitas cuando entraron en la Tierra Prometida.
-
El rey Og era un gigante, como lo demuestra su enorme cama de hierro, lo que infundía temor en los israelitas.
-
A pesar de sus dudas iniciales, Dios aseguró la victoria, permitiendo a los israelitas conquistar a Og y su reino, mostrando así el poder y la fidelidad de Dios.
REFLEXIONA
-
¿De qué manera la historia del rey Og desafía tu comprensión del poder y la fidelidad de Dios para superar los obstáculos?
-
¿De qué manera te identificas con el miedo y la duda iniciales de los israelitas cuando se enfrentaron a desafíos aparentemente insuperables?
-
Reflexiona sobre algún momento de tu vida en el que te hayas sentido abrumado por los obstáculos. ¿Cómo manejaste esa situación y cómo te ayudó Dios a superarla?
PONLO EN PRÁCTICA
-
¿Cómo interpretas el significado de la derrota del rey Og en el contexto del viaje de los israelitas a la Tierra Prometida?
-
¿Qué impide a las personas acudir a Dios cuando los problemas parecen insuperables?
-
¿Qué lecciones puedes aprender de la experiencia de los israelitas con el rey Og sobre cómo confiar en las promesas de Dios y permanecer firme en la fe durante los momentos difíciles?
Copyright 2011-2025 Got Questions Ministries - All Rights Reserved