¿Quién era Jairo en la Biblia?

En resumen:

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Jairo era un principal de la sinagoga en Galilea que, con fe, se acercó a Jesús para pedirle que sanara a su hija moribunda. En aquella época, la mayoría de los líderes religiosos se oponían a Jesús. Él ignoraba sus estrictas prácticas del sábado, expulsaba demonios que nadie más podía y atraía multitudes a dondequiera que iba. Unos pocos líderes de la fe judía estaban dispuestos a considerar las enseñanzas de Jesús y a valorar Sus milagros, entre ellos José de Arimatea, Nicodemo y Jairo. Jairo reconoció quién era Jesús y acudió a Él con valentía, sabiendo que solo Él podía curar a su hija. En el Antiguo Testamento Jairo solo es mencionado en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento Jairo, un líder de la sinagoga en Galilea, estuvo dispuesto a pedirle ayuda a Jesús ante la posible muerte de su hija. Su historia se narra en los Evangelios Sinópticos: Mateo 9:18-26, Marcos 5:21-43 y Lucas 8:40-56. Jesús acababa de cruzar el mar de Galilea y estaba rodeado de una gran multitud, pero Jairo estaba desesperado. Se dirigió a Jesús a la vista de todos. Este acto público de fe contrastaba directamente con el de “José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos” (Juan 19:38), y el de Nicodemo, que se acercó a Jesús al amparo de la noche (Juan 3:2). Al ver a Jesús, Jairo se postró a Sus pies “y le rogaba con insistencia: «Mi hijita está al borde de la muerte; ven y pon Tus manos sobre ella para que sane y viva»” (Marcos 5:23). Jairo se humilló a los pies de Jesús y declaró con valentía su necesidad y su fe en que Jesús podía satisfacerla por completo. Jesús respondió a su petición acompañándolo. En el camino, una mujer que llevaba doce años sangrando y que “había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, sino que al contrario, había empeorado” (Marcos 5:26), se abrió paso entre la multitud, tocó el borde del manto de Jesús y fue sanada. Jesús detuvo a todos, interrumpiendo y retrasando Su viaje a casa de Jairo, para restituir públicamente a esta mujer y elogiar su fe. Mientras tanto, alguien de la casa de Jairo llegó para informarle que su hija ya había muerto, que la situación era irremediable y que la ayuda de Jesús ya no era necesaria. “Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: «No temas; cree solamente, y ella será sanada»” (Lucas 8:50). Así pues, Jesús, Jairo, los discípulos y la multitud continuaron hacia la casa. Al llegar, Jesús pidió que solo entraran Él, los padres de la niña y Sus tres discípulos más cercanos: Pedro, Santiago y Juan. La gente en la casa de Jairo se rio de Jesús cuando les dijo que no lloraran, pues sabían que la niña estaba muerta y supusieron que Él perdía el tiempo. Sin embargo, “Tomando a la niña por la mano, le dijo: «Talita cum», que traducido significa: «Niña, a ti te digo, ¡levántate!». Al instante la niña se levantó y comenzó a caminar, pues tenía doce años. Y al momento se quedaron muy asombrados. Entonces Jesús les dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de esto, y les dijo que le dieran de comer a la niña” (Marcos 5:41-43).

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

DEL NUEVO TESTAMENTO

IMPLICACIONES PARA HOY

El mismo día, Jesús atendió a una mujer ceremonialmente impura, sin posición económica ni social, anunciando a la multitud Su obra milagrosa en favor de ella, y atendió a un "justo" líder de la sinagoga, con una alta posición económica y social, para luego ordenarles que mantuvieran el milagro en secreto. La interacción de Jairo con Jesús muestra que Él no solo ama a los pobres y humildes, sino que también vino para servir a los ricos y poderosos. Todos pueden venir a Jesús. El reconocimiento de nuestra profunda necesidad y la fe audaz en Jesús como el único que puede satisfacerla por completo es lo que nos une. A veces los milagros que Dios obra en nuestras vidas serán públicos y otras veces serán privados, pero podemos confiar en que Él desea obrar y nos dice a todos: “No temas, cree solamente” (Marcos 5:36).

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA