¿Qué son Jaquín y Boaz en la Biblia?

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Jaquín y Boaz, las columnas de bronce a la entrada del templo de Salomón, simbolizaban el establecimiento y la fuerza de Dios, un recordatorio de Su fidelidad y Sus promesas (1 Reyes 7:15-22). Fabricadas con un diseño intrincado por Hiram de Tiro, glorificaban el poder de Dios (Colosenses 1:16-17). Los nombres de Jaquín y Boaz, con significados específicos, apuntaban al cumplimiento de las promesas de Dios (Éxodo 15:13, 17). Hoy, estas columnas nos enseñan a honrar a Dios en todo lo que hacemos, reconociendo Su fidelidad y profundizando nuestra relación con Él.

DEL ANTIGUO TESTAMENTO

• Jaquín y Boaz son los nombres de dos columnas de bronce que estaban a la entrada del templo que construyó Salomón. Se puede leer sobre ellas en 1 Reyes 7:15-22 y 2 Crónicas 3:15-17.
• Estas columnas independientes se encontraban en el patio del templo, donde el pueblo se reunía para presenciar los sacrificios diarios, observar la administración de justicia y participar en los cantos de adoración, las danzas y las procesiones. Estaban a ambos lados de la entrada al Lugar Santo, donde solo podían entrar los hombres y los sacerdotes. (Dentro del Lugar Santo, había otra zona restringida llamada Lugar Santísimo, a la que solo podía acceder el sumo sacerdote una vez al año, en el Día de la Expiación). Estas columnas actuaban como un símbolo de la puerta de entrada a la morada divina y permitían al pueblo vislumbrar la grandeza del templo, que de otro modo nunca verían.
• Las columnas eran de bronce brillante, con una impresionante altura de casi nueve metros y capiteles de dos metros y medio en la parte superior. Eran huecas, con un grosor de cuatro dedos y un diámetro de casi dos metros. En aquella época, los templos dedicados a otros dioses y reyes también tenían columnas independientes en sus entradas, pero estas eran de mayores dimensiones que las de sus contemporáneos.
• Los capiteles estaban recubiertos de bronce ornamentado con doscientas granadas alineadas en dos filas, coronas de cadenas, celosías en forma de red e intrincados lirios. Esta obra de arte fue realizada por Hiram de Tiro, quien estaba “lleno de sabiduría, inteligencia y pericia para hacer cualquier obra en bronce” (1 Reyes 7:14). El aspecto llamativo de estas impresionantes columnas estaba destinado a dar gloria, no al artesano, sino a Dios mismo, el Creador y sustentador de todas las cosas (Colosenses 1:16-17).
• El templo estaba orientado hacia el este, por lo que la columna del lado sur se llamaba Jaquín, y la del lado norte, Boaz. Jaquín significa “Él [Dios] establecerá”, y Boaz significa “con fuerza”, por lo que estas columnas recordaban al pueblo que este templo había sido establecido con fuerza por el propio Señor.
• Los nombres de Jaquín y Boaz también aludían al cumplimiento de la promesa de Dios en Éxodo 15:13 y 17. Después de que Dios liberara al pueblo de la esclavitud en Egipto y lo rescatara del ejército egipcio que lo perseguía, Moisés entonó un cántico de alabanza, que incluía las siguientes líneas: “En Tu misericordia has guiado al pueblo que has redimido; con Tu poder los has guiado a Tu santa morada. [...] Tú los traerás y los plantarás en el monte de Tu heredad, el lugar que has hecho para Tu morada, oh Señor, el santuario, oh Señor, que Tus manos han establecido” (Éxodo 15:13, 17). El templo de Salomón fue la morada santa que Dios estableció con fuerza, tal como lo había prometido más de quinientos años antes.

DEL NUEVO TESTAMENTO

• Jaquín y Boaz no se mencionan en el Nuevo Testamento.

IMPLICACIONES PARA HOY

Las columnas de bronce a la entrada del templo de Salomón, llamadas Jaquín y Boaz, servían como símbolos y recordatorios de la fidelidad, las promesas y el carácter de Dios. Eran algo más que meros elementos arquitectónicos; eran recordatorios tangibles de la presencia de Dios y de Su pacto con Su pueblo. Su intrincado diseño, meticulosamente elaborado para dar gloria a Dios, nos enseña a dedicar nuestras habilidades y talentos para honrarlo en todo lo que hacemos. Jaquín y Boaz eran representaciones físicas de verdades espirituales, que recordaban constantemente al pueblo el amor inquebrantable de Dios y Su poder para cumplir Sus promesas. Así como estas columnas guiaban a los antiguos israelitas en la adoración y la reflexión, nosotros también podemos incorporar símbolos y recordatorios en nuestras vidas para reconocer continuamente la fidelidad, las promesas y el carácter de Dios, profundizando así nuestra fe y fortaleciendo nuestra conexión con Él. Para comprender: Jaquín y Boaz, columnas de bronce a la entrada del templo de Salomón, simbolizaban el acceso a la morada de Dios y a Su presencia. Con una altura de casi nueve metros y un intrincado trabajo en bronce, Jaquín y Boaz glorificaban a Dios a través de la habilidad artesanal de Hiram de Tiro. Nombradas por sus significados, Jaquín y Boaz recordaban al pueblo la fidelidad, la fuerza y el cumplimiento de las promesas de Dios. Para reflexionar: ¿Cómo te ayudan los símbolos como Jaquín y Boaz a recordar la fidelidad y las promesas de Dios en tu vida diaria? ¿De qué manera puedes incorporar recordatorios simbólicos de la presencia y la fuerza de Dios en tu propio culto y en tus prácticas espirituales? Reflexionando sobre la artesanía de Jaquín y Boaz, ¿cómo puedes dedicar tus habilidades y talentos a honrar a Dios en todo lo que haces? Para poner en práctica: ¿Qué significa que Dios ordenara a Salomón incluir elementos simbólicos como Jaquín y Boaz en el diseño del templo? ¿Cómo podría aplicarse el simbolismo de Jaquín y Boaz a nuestra comprensión de la presencia y fidelidad de Dios en nuestras propias vidas? ¿En qué momento de tu vida has visto la fidelidad o la fuerza de Dios, de forma similar a los recordatorios de Jaquín y Boaz? ¿Cómo influyen estas experiencias en tu camino de fe?

COMPRENDE

REFLEXIONA

PONLO EN PRÁCTICA