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¿Es bíblico el concepto de salvación universal (el universalismo)?

El universalismo, o salvación universal, es la creencia de que cada persona irá al cielo cuando muera. Otra forma en que la gente expresa esta idea a menudo es "Todos los caminos conducen al cielo". Esta creencia se basa en el principio de que Dios es todo amor y, por lo tanto, no enviaría a nadie al infierno. El universalismo parece agradable porque le quita toda la responsabilidad por el pecado al individuo, e incluso llega a decir que el infierno no existe. El problema con este sistema de creencias es que va en contra de lo que enseñan las Escrituras. Los universalistas apoyan sus creencias con versículos bíblicos que describen la muerte de Cristo como expiación por todas las personas: "Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino por los de todo el mundo." (1 Juan 2: 2). Estos versículos son verdaderos, pero tomados de forma aislada o fuera de contexto, no dan una descripción precisa de la totalidad del mensaje del evangelio. El universalismo escoge versículos sobre los cuales formar su doctrina y omite otras partes esenciales del evangelio que están claramente definidas en la Biblia y que fueron enseñadas por Jesús mismo.

Es cierto que las Escrituras enseñan que Jesús murió por todos y la salvación se ofrece a todos (1 Corintios 15:22; Romanos 11:32). Sin embargo, la Biblia también enseña que cada persona debe recibir este don para sí mismo: "Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. [...] El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios." (Juan 3:16, 18). La salvación es un regalo gratuito de Dios, pero requiere fe para ser recibida (Efesios 2: 8, 9). En Romanos, Pablo escribe cómo esta fe salvadora se demuestra mediante la confesión de que Jesús es el Señor y la fe en Su resurrección (Romanos 10: 9-10). La Biblia también enseña que la salvación se alcanza únicamente a través de la fe en Jesús; ningún otro dios o religión llevará a una persona al cielo (Hechos 4:12; 2 Corintios 11: 12-15). Jesús mismo dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí." (Juan 14: 6).

El universalismo omite las partes de las Escrituras que enseñan que aquellos que rechazan a Cristo enfrentarán el castigo eterno (Mateo 25: 41–46; Marcos 9: 47–48; 2 Tesalonicenses 1: 9). En el Evangelio de Mateo, Jesús describe un día en el que todas las personas serán juzgadas. Los que recibieron la salvación por gracia mediante la fe entran en el cielo, mientras que los que no tienen relación con Jesús son enviados "al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles" (Mateo 25:41, énfasis agregado). Apocalipsis también describe un día de juicio: "El mar devolvió sus muertos; la muerte y el infierno devolvieron los suyos; y cada uno fue juzgado según lo que había hecho. La muerte y el infierno fueron arrojados al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Aquel cuyo nombre no estaba escrito en el libro de la vida era arrojado al lago de fuego." (Apocalipsis 20: 13-15). El infierno es una realidad de acuerdo con la Biblia, y creer y enseñar lo contrario hará un gran daño a muchas personas.

El deseo de Dios es que toda persona sea salva (2 Pedro 3: 9). Pero mientras que el universalismo enseña que todos los caminos conducen al cielo, la Biblia es clara en que el único camino de salvación es a través de Jesucristo. Decir lo contrario es menospreciar la santidad y la justicia de Dios, y la obra de Jesús en la cruz. Enseñar el universalismo puede parecer agradable e incluso amoroso, pero en última instancia, está privado del evangelio y, por lo tanto, deja a las personas sin un entendimiento del único medio de salvación. No enseñar todo el consejo de Dios, incluida la realidad del infierno eterno, es lo más alejado de demostrar el amor verdadero. En cambio, debemos enseñar lo que proclama la Biblia. Dios es amor (1 Juan 4: 8-10). Creó a la humanidad a Su imagen (Génesis 1:27), pero los humanos optaron por ir en contra de Dios (el pecado) (Génesis 3; Romanos 3:23). Ese pecado nos deja separados de Dios (Romanos 6:23; Efesios 2: 1-3). El pecado solo conduce a la muerte y la condenación. Pero en su amor, Dios proporcionó una manera para que seamos perdonados y nos relacionemos con Él (Efesios 2: 4–10). Él da el regalo de la vida eterna a todos los que lo reciban (Juan 3:16; 18). Lamentablemente, no todos llegarán a la fe en Cristo, pero la oferta de salvación a través de la fe en la muerte y resurrección de Jesucristo está abierta a todos.

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