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¿Qué es la unción de la sepultura?

Algunas iglesias carismáticas practican la unción de la sepultura en un intento de recibir una unción especial del Espíritu Santo, lo cual de ninguna manera está respaldado por la Biblia. La unción de la sepultura se basa en la creencia de que la unción y la llenura del Espíritu Santo de un cristiano no abandona su cuerpo cuando muere, y uno puede recibir la unción de esta persona acostándose en su tumba y "absorberla". La unción de la sepultura es problemática porque se basa en principios que no se describen en la Biblia y está sospechosamente cerca de la necromancia, la práctica de pedir ayuda a los muertos.

Los maestros que practican la unción de la sepultura señalan a 2 Reyes 13:21 para apoyar esta práctica. Dice: "En cierta ocasión, unos israelitas iban a enterrar a un muerto, pero de pronto vieron a esas bandas y echaron el cadáver en la tumba de Eliseo. Cuando el cadáver tocó los huesos de Eliseo, ¡el hombre recobró la vida y se puso de pie!" Un hombre fue revivido al tocar los huesos de Eliseo, pero este es un milagro que solo se realiza una vez. No se repitió en la Biblia, ni se enseña tal práctica en ninguna parte de la Biblia. Sin duda no es suficiente como para basar ningún tipo de teología del Espíritu Santo.

La Biblia enseña que nuestros cuerpos provienen del polvo y volverán al polvo cuando muramos (Génesis 3:19). Mientras vivimos, el Espíritu Santo mora en aquellos que han puesto su fe en Jesucristo y han nacido de nuevo (Efesios 1:13). 1 Corintios 6:19 dice que "su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes". Pero el Espíritu Santo de ninguna manera está "atrapado" en nuestros cuerpos. Salomón dice que cuando morimos nuestros cuerpos regresan a la tierra "el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio." (Eclesiastés 12: 7). Si nuestro espíritu humano abandona nuestro cuerpo físico al morir, ¿por qué el Espíritu Santo permanecería atrapado en carne muerta y en descomposición? El Espíritu Santo es una de las personas de la Trinidad. Él es todopoderoso y omnipresente. Se le da gratuitamente a todos los que ponen su confianza en Jesús. No hay necesidad ni cordura en ir tratando de "absorber" el Espíritu Santo de las tumbas de los difuntos. La estructura de nuestro cuerpo no es lo suficientemente poderosa como para atrapar al Espíritu Santo, ni Éste es algún tipo de energía con la cual haya que conectarse.

Algunos se refieren a esta práctica no bíblica como "coger el manto", comparándola con la entrega del manto de un profeta en el Antiguo Testamento a su sucesor. Pero esto es un malentendido de lo que era el manto del profeta. Era simplemente un símbolo físico del llamado de Dios a ese profeta. Cuando Eliseo, por ejemplo, tomó el manto de Elías después de que el profeta fue trasladado al cielo, fue una demostración física de que Dios había llamado a Eliseo para ser el nuevo profeta de Israel (2 Reyes 2: 1–25). La tela no tenía poder; era meramente simbólico, al igual que muchas de las lecciones de objetos físicos utilizadas por los profetas del Antiguo Testamento.

Lo que sí parece la unción de la sepultura es a buscar a los muertos en busca de ayuda especial. Una y otra vez en la Biblia se condena la necromancia (Levítico 20: 6, 27; 2 Reyes 21: 6; Apocalipsis 21: 8; Hechos 19:19). Debemos confiar en Dios para recibir poder y guía, y no en los muertos, porque Dios es Dios de los vivos (Marcos 12:27). Jesús dijo en Lucas 11:13: "Pues, si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!"

Podemos ir a las tumbas de ciertos cristianos a quienes Dios haya utilizado de manera poderosa y prominente en busca de inspiración para recordarnos lo que Dios puede hacer y a quién puede usar. Ciertamente somos libres de orar para que Dios nos use mientras estamos allí. Pero debido a que Dios es omnipresente y ya habita dentro de cada creyente individual (Romanos 8: 9), no tenemos que ir a una iglesia, a una tumba ni a ningún otro lugar para ser llenos del Espíritu Santo. Nosotros no tenemos que tratar de tomar la unción de Dios que se encuentre en otros. Su obra no está limitada por sus muertes, ni nuestra relación con Dios depende de algún tipo de unción que se hereda o se transmite físicamente. En cambio, necesitamos desarrollar una relación personal con Dios a través de Jesucristo, creciendo activamente en Él y rindiéndonos a la obra del Espíritu Santo dentro de nosotros. La unción de la sepultura no es bíblica, sino que es supersticiosa, soberbia y peligrosamente engañosa. Los creyentes no deberían participar.

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