www.CompellingTruth.org/Espanol

¿Qué enseña la Biblia acerca de la paciencia?

La paciencia a menudo no es fácil de demostrar. Buscar el trabajo perfecto, esperar a un compañero de vida, esperar concebir hijos, ser víctima de una injusticia, largas filas de pago y la congestión vehicular son solo algunas de las situaciones en las que es fácil ser impaciente. A menudo, incluso podemos sentir que nuestra impaciencia es una ira justa ante las irritaciones y las pruebas. Es humano sentir esta impaciencia, pero estamos llamados a confiar en el tiempo divino, la soberanía y el amor de Dios. La Biblia elogia la paciencia y la menciona como parte del fruto del Espíritu (Gálatas 5: 22–23) que se desarrolla en nosotros cuando seguimos a Cristo (1 Tesalonicenses 5:14).

Aunque la paciencia a menudo se asocia con la espera, y la espera a menudo se asocia con la pasividad o una tolerancia suave, el significado bíblico de la paciencia no implica pasividad. La mayoría de las palabras griegas traducidas como "paciencia" en el Nuevo Testamento son activas y sólidas. Hebreos 12: 1 proporciona un ejemplo de esto (tenga en cuenta que la "paciencia" en este versículo se traduce como "perseverancia"). "Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante." Perseverar en una carrera requiere resistencia, y se espera que los seguidores de Cristo soporten las pruebas de forma similar, estén atentos a las promesas que deben cumplirse y tengan autodisciplina para alcanzar una meta. Esta es una postura paciente, pero no pasiva.

Debido a que nuestra naturaleza humana no está inclinada hacia la paciencia, debemos tomar la decisión de desarrollar la paciencia en nuestro carácter. Sin embargo, como con todo lo demás, necesitamos la fuerza y la gracia de Dios para desarrollarla en nuestras vidas (Colosenses 1:11). Las pruebas que enfrentamos son oportunidades para perfeccionar nuestra paciencia a través del apoyo de Cristo (Santiago 1: 2–4). Estamos llamados a descansar en el tiempo perfecto de Dios, que está más allá de nuestra comprensión lineal, cuando enfrentamos la injusticia y los planes malvados (Salmo 37: 7). El desarrollo de nuestra paciencia depende de nuestra esperanza de "la venida del Señor, que ya se acerca." (Santiago 5: 7–8) y de que "Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan." (Lamentaciones 3:25).

Hay tres pasos que nos ayudan a desarrollar la paciencia:

1) De gracias a Dios: estamos llamados a dar gracias a Dios en todas las situaciones por su inquebrantable amor y apoyo (Filipenses 4: 4; 1 Tesalonicenses 5: 16–18; 1 Pedro 1: 6).

2) Busque Su propósito: Podemos soportar dificultades por muchas razones de acuerdo con la voluntad de Dios. A veces experimentamos pruebas para ser testigos del amor redentor de Dios, o a veces pasamos por un evento doloroso para que podamos aprender una mayor dependencia de Dios.

3) Recuerde las promesas de Dios: Romanos 8:28 nos recuerda que Dios obra por el bien de los que lo aman. Podemos descansar en esta promesa cuando nos sentimos atrapados en medio del dolor y las dificultades.

La Biblia contiene numerosos ejemplos de personas que se caracterizaron por su paciencia frente a las pruebas. Job es una de las mejores historias de un hombre que actúa con paciencia en lugar de desobedecer a Dios. Santiago menciona a Job y también a los profetas cuando nos da ejemplos de cómo debemos actuar cuando estamos en situaciones difíciles (Santiago 5: 10–11). Job finalmente fue recompensado por su dependencia de Dios. También "…después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido" (Hebreos 6:15). Jesús también mostró paciencia cuando fue llevado a la cruz. El escritor de Hebreos da a Jesús como un ejemplo de nuestra resistencia: "Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios."(Hebreos 12: 1-2)

La respuesta natural de un humano es la impaciencia y la frustración, pero como hemos sido hechos nuevas creaciones en Cristo, podemos practicar el desarrollo de la paciencia (2 Corintios 5:17). Tenemos la fuerza de Dios y la esperanza en la promesa de Dios de trabajar siempre a nuestro favor para apoyarnos mientras desarrollamos esta característica difícil. Romanos 2: 7 nos reafirma que "Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad."

Copyright 2011-2024 Got Questions Ministries - All Rights Reserved.