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¿Deberían todas las madres ser amas de casa?

La tensión sobre el papel de las madres en el lugar de trabajo existe desde hace mucho tiempo. Sin embargo, la Biblia proporciona algunos principios claros sobre un equilibrio adecuado para las madres y su trabajo fuera del hogar.

Proverbios 31 con respecto a la esposa excelente (versículo 10) incluye a una mujer que trabaja fuera del hogar y cuida de sus hijos. Si bien en este informe solo se proporciona una descripción, está claro que es posible que al menos algunas madres críen a sus hijos y realicen trabajos adicionales.

Proverbios 14: 1 habla de la importancia de que una mujer invierta en su familia: "La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye." El trabajo externo puede ser positivo, pero debe realizarse para no descuidar las importantes prioridades de mantener un matrimonio saludable y criar hijos.

2 Timoteo 1 señala el impacto que una madre (y una abuela) pueden tener en la vida de un niño al enseñar y modelar los principios bíblicos. Pablo le escribió a Timoteo: "Traigo a la memoria tu fe sincera, la cual animó primero a tu abuela Loida y a tu madre Eunice, y ahora te anima a ti. De eso estoy convencido." (2 Timoteo 1: 5).

Tito 2: 4-5 comparte que las mujeres mayores deben "[…] aconsejar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser sensatas y puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sumisas a sus esposos, para que no se hable mal de la palabra de Dios." Este pasaje no condena el trabajo fuera del hogar, pero destaca claramente la importancia de cuidar los asuntos familiares como la máxima prioridad para las madres cristianas.

Rut es un poderoso ejemplo de una mujer que trabajó duro fuera del hogar, pero que probablemente también dejó de trabajar por un tiempo para luego criar a sus propios hijos. El papel de una madre es vital y, a veces, puede requerir una pausa para otras actividades profesionales, especialmente durante los primeros años cruciales de la vida de un niño.

Una mirada a María, la madre de Jesús, revela la importante tarea de invertir en los niños. Ella fue llamada específicamente a ser madre de Jesús, alabó a Dios por la oportunidad e invirtió su vida para criar a Jesús en un hogar piadoso. No se la menciona por su trabajo fuera del hogar, pero se la celebra por su inversión en la crianza del hijo más grande de todos: el Hijo de Dios.

Si bien puede ser una lucha para las madres que deben trabajar fuera del hogar para ayudar a satisfacer sus necesidades financieras, las Escrituras afirman tanto el trabajo fuera del hogar de una madre como la inversión de las madres en la crianza de los hijos. Ambos pueden desempeñar papeles importantes, con una gran prioridad dada al impacto que una madre puede tener en el desarrollo físico, emocional y espiritual de sus hijos.

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