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¿Cómo apoya el argumento moral la existencia de Dios?

¿Cómo sabes si algo es moralmente correcto o incorrecto? ¿En qué se puede fundamentar una creencia que dice que los actos como torturar a un niño inocente, la violación, el asesinato, el racismo y otras cosas similares son objetivamente inmorales? Por "objetivamente" queremos decir que tales actos son inmorales de una manera que va más allá de las opiniones o sentimientos personales; son inmorales, ya sea que alguien piense que lo son o no. Puede sorprenderle saber que, sin Dios, es imposible tener valores morales objetivos. En cambio, a menos que Dios exista, todo lo que queda son meras opiniones emotivas.

Aquellos que no creen en Dios se oponen a tal afirmación y dicen que una persona no necesita reconocer ningún tipo de deidad para entender el bien y el mal moral. Y, tienen razón. Los seres humanos no necesitan creer en Dios para discernir los deberes morales o entender que existen valores morales objetivos. Pero ese nunca ha sido el argumento de aquellos que creen en Dios. En cambio, el argumento cristiano es que para fundamentar una ley moral objetiva, es necesario tener una fuente trascendente de esos valores.

Esta verdad es reconocida por los principales ateos. Por ejemplo, el famoso filósofo nihilista Friedrich Nietzsche dijo: "Tú tienes tu camino, yo tengo mi camino. En cuanto al camino correcto, este no existe". Richard Dawkins, una de las principales voces del ateísmo, dice: "Los seres humanos siempre se han preguntado sobre el significado de la vida ... la vida no tiene un propósito mayor que perpetuar la supervivencia del ADN ... la vida no tiene un diseño, ningún propósito, el bien y el mal no existen, solo una indiferencia ciega y despiadada".

¿Por qué los ateos intelectualmente honestos admiten que, sin Dios, los valores morales objetivos no pueden existir? Porque es el resultado lógico de llevar la filosofía atea a su conclusión natural. Si existe el mal, se debe asumir que existe el bien. Si usted asume que existe el bien, asume que existe una ley moral absoluta e invariable sobre la cual diferenciar entre el bien y el mal. Si asume que existe una ley moral absoluta, se debe postular a un legislador moral absoluto, pero ese sería Dios, aquel a quien el ateo está tratando de demostrar su inexistencia. En resumen: si no hay un dador de la ley moral, no hay una ley moral. Si no hay ley moral, el bien no existe. Si no existe el bien, no existe el mal, que es justo lo que Richard Dawkins admite.

Al centro de esta discusión se encuentran los requisitos para poder tener leyes morales objetivas. Se necesitan tres cosas: (1) una autoridad absoluta e inmutable; (2) un estándar absoluto e inmutable; (3) verdad absoluta. El ateísmo y el naturalismo no admiten que nada sea absoluto, sino que todo es aleatorio y que todo está cambiando. En un entorno así, nadie puede estar seguro de que algo sea verdadera y objetivamente correcto o incorrecto.

Sin una autoridad absoluta e inmutable que utilice un estándar absoluto e inmutable, que se base en la verdad correcta e inmutable, la ética simplemente se vuelve emotiva y de opinión. La violación no sería algo malo, sino que la declaración más fuerte que se podría hacer al respecto es: "No me gusta la violación". CS Lewis lo expresó de manera simple y clara cuando dijo: "Un hombre no llama torcida una línea a menos que tenga alguna idea de lo que significa una línea recta". Para aquellos que niegan la existencia de Dios, esa línea recta inmutable no existe.

Sin embargo, el problema proviene del hecho de que cada ser humano reconoce los absolutos morales. Puede que no los practiquen, pero los entienden y los reconocen. Hay una diferencia en lo que hace una cultura y su gente y lo que deben hacer; una diferencia entre algo que es descriptivo y lo que es prescriptivo. Algo que la historia ha demostrado es que la humanidad reconoce el bien y el mal universales. Reconociendo esto, la filósofa atea Louise Antony afirmó: "Cualquier argumento en contra de la realidad objetiva de los valores morales se basará en premisas que son menos obvias que la existencia de valores morales objetivos en sí mismos". Antony tiene razón. Nadie puede nombrar una tierra en la que, por ejemplo, se elogie y se menosprecie la honestidad.

¿De dónde viene esta comprensión universal del bien y el mal moral, un entendimiento que trasciende la opinión humana? ¿Por qué un niño pequeño sabe inmediatamente cuando ha sido tratado injustamente o sabe que está mal que le roben algo? Lo saben porque hay una ley moral universal que ha sido intrínsecamente tejida por su Creador. Este hecho produce lo que se llama el argumento moral de la existencia de Dios, que se puede afirmar de la siguiente manera:

• Las leyes implican un legislador

• Existe una ley moral objetiva.

• Por lo tanto, hay un Dador de la Ley Moral

El bien moral objetivo verdadero no puede definirse sin un propósito, y el propósito no puede ser definido sin una causa. Sin Dios - la causa de todo - todo lo que queda es tiempo + materia + azar. Y tal combinación solo produce caos, no un marco moral absoluto.

El poeta Steve Turner explica esta terrible conclusión, lo que la moral realmente equipara a un mundo sin Dios, en su poema titulado Creed, que termina con estas palabras:

"Si el azar es el Padre de toda carne,
El desastre es su arco iris en el cielo,
Y cuando escuchas
¡Estado de emergencia!
¡El francotirador mata a diez!
¡Tropas arrasando!
¡Los blancos saqueando!
¡Las Bombas en la escuela resonando!
No es más que el sonido del hombre que a su hacedor está adorando ".

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