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¿Por qué a veces Dios parece estar en silencio o ausente en la vida de un creyente?

A veces los cristianos sienten que Dios está callado o que no responde a las oraciones. ¿Será esto cierto? En primer lugar, la Biblia es clara cuando dice que Dios siempre está presente. Puede que no siempre "sintamos" que está cerca, pero sí lo está. En Mateo 28:20, Jesús prometió: "Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo".

Además, hay momentos o razones por las que Dios puede permanecer en silencio en nuestras vidas. Una de ellas puede ser debido a nuestra propia desobediencia. Cuando escogemos nuestro propio camino en lugar de seguir a Dios, podemos sentir que Él ya no está cerca de nosotros. Cuando esto sucede, estamos llamados a confesar nuestros pecados (1 Juan 1:9) y que nos acerquemos a Dios, y él se acercará a nosotros (Santiago 4:8).

Pero, ¿qué pasa cuando ya estamos buscando a Dios y todavía parece que está callado? David respondió clamando al Señor para que le respondiera: "A ti clamaré, oh Señor. Roca mía, no te desentiendas de mí, para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los que descienden al sepulcro" (Salmo 28:1). Al final, Dios lo escuchó: "Bendito sea el Señor, que oyó la voz de mis ruegos. El Señor es mi fortaleza y mi escudo" (Salmo 28,6-7).

Si no estamos viviendo en desobediencia y ya estamos clamando a Dios, otra razón por la que Dios puede permanecer en silencio es debido a un tiempo de prueba. Jesús se enfrentó a una prueba de este tipo la noche de Su arresto en el Jardín de Getsemaní. Él oró: "Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú" (Mateo 26:39). Sabía que Dios lo escuchaba, pero en el momento de Su angustia parecía que el Padre estaba en silencio.

En estos tiempos de prueba o lucha, nuestro objetivo es soportar fielmente. La vida cristiana no siempre es fácil. Estamos llamados a seguir a Dios incluso en los momentos más difíciles y cuando Dios parece estar lejos de nosotros. En su última carta, Pablo animó a Timoteo: "Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo" (2 Timoteo 2:3). Incluso estando en la cárcel y cerca de la muerte, Pablo se dio cuenta de que su objetivo era soportar fielmente el sufrimiento. Dios estaba con él, incluso cuando su vida estaba en el punto más difícil. Su meta era decir: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe" (2 Timoteo 4:7).

Por último, también es posible que existan razones físicas o mentales por las que Dios pueda parecer callado. Cuando estamos enfermos, cansados, o tenemos otros problemas físicos, esto puede afectar a cómo nos sentimos también espiritualmente. En estas situaciones, podemos consultar a los profesionales de la medicina según sea necesario para ayudarnos con las necesidades de salud, al mismo tiempo que sabemos que Dios sigue estando con nosotros durante estas situaciones.

Dios siempre está con nosotros, incluso cuando parece estar en silencio. Tal y como prometen las Escrituras, "sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados" (Romanos 8:28).

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