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¿Qué quiere decir 'Dios es mi porción'?

En el Salmo 16:5, el rey David hace referencia a Dios como su porción: "El Señor es la porción de mi herencia y de mi copa; tú sustentas mi suerte". El rey confirmó el mismo sentimiento en el Salmo 142:5. Asaf escribió: "Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre" en el Salmo 73:26. Lamentaciones 3:24 dice: "'Mi porción es el Señor, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré". Entonces, ¿qué significa que "Dios es mi porción"? A veces la palabra "porción" se traduce como "herencia". Decir que Dios es tu porción es otra forma de decir que Él es tu herencia, tu asignación en la vida. Cuando decimos que Dios es nuestra porción, estamos diciendo que Él es nuestro todo suficiente, la fuente de todo lo que podríamos necesitar.

En el Antiguo Testamento, cada tribu israelita, menos la tribu sacerdotal de Leví (Deuteronomio 10:9), recibió una porción de tierra al llegar a la tierra prometida (Números 26:52-56; Josué 14:1-5). Esta tierra era su herencia familiar y pasaba de una generación a otra (Números 36:7). Como se indicó con la tribu de Leví, otro aspecto del concepto de herencia es que Dios mismo puede ser la herencia de Su pueblo (ver Jeremías 10:16). "Leví no tuvo parte ni heredad con sus hermanos; el Señor es su heredad" (Deuteronomio 10:9).

El Nuevo Testamento profundiza en esto al describir a los creyentes como coherederos con Cristo, el Hijo de Dios, ya que hemos sido injertados en la familia de Dios. Mediante la obra redentora de Jesús, podemos ser adoptados como hijos e hijas de Dios (Juan 1:12; Hebreos 1:2; Romanos 8:17; Gálatas 4:7). La presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas es la garantía de esta "herencia eterna" que hemos recibido (Efesios 1:14; Hebreos 9:15).

La biblia aclara que todas las personas tienen la oportunidad de convertirse en hijos de Dios y receptores de la misma herencia (Efesios 3:6; Juan 3:16-18). ¿Cuál es la herencia? El reino de Dios ahora y para siempre (Mateo 25:34; Romanos 8:17-23; 1 Corintios 15:50-58; 1 Pedro 1:3-4). Esto no significa que la vida de un creyente en Cristo sea fácil; significa que tenemos la gracia de Dios y la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas para ayudarnos en nuestro camino, y tenemos la promesa de la eternidad con Cristo. Dios es la fuente de nuestra suficiencia (2 Corintios 3:5). Jesús dice: "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Corintios 12:9). Esto es lo que significa hacer que el Señor sea tu porción.

Al decir "Dios es mi porción", los escritores bíblicos, y ahora nosotros, estamos afirmando que Dios es nuestra fuente de todo lo bueno. Él es nuestra porción en la vida actual (Salmo 142:5) y en la vida futura. Él es la única herencia que importa. Las relaciones, las riquezas, los trabajos, la salud y todas las demás cosas de nuestra vida pueden fracasar, pero podemos decir con confianza: "Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre" (Salmo 73:26). Cuando Dios es nuestra porción, no nos falta nada porque tenemos un suministro interminable de esperanza (Lamentaciones 3:24).

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